Desde falta de agua hasta chinches predominan en el anexo al que fueron enviadas menores de edad

Enfermedades, chinches, falta de agua y de atención médica predominan en el anexo al que son enviados menores de edad por el DIF

Una de las menores de edad que fue internada en el anexo CRREAD, tras pasar una estadía previa en una de las Casas DIF, confirmó a BI NOTICIAS las condiciones insalubres y dañinas para la salud que predominan en estos espacios. Especialmente, resalta las escasez de agua y las enfermedades diarréicas entre las internas. 

“O sea, el hecho de la salubridad en el lugar donde yo estaba, que fue en el anexo CRREAD, pasaba de que había escasez de agua y la atención médica no era muy frecuente para las que se sentían mal, porque tenían como que diarrea o dolores de cabeza. Y pues la escasez de agua sí era muy muy gacha, habían tambos en los que nosotros nos teníamos que lavar las manos y la cara. Y con ese mismo tambo lavaban pues sí la verdura y la fruta para cocinar, y pues supongo que es por eso que tenían diarrea las demás muchachas. Y el hecho de que nuestras necesidades de ir al baño, no podíamos echarle agua cuando teníamos que hacer del uno, ya hasta que alguna compañera o alguien más hiciera del dos, ya podía echarle agua al excusado, y también cuando nos bañábamos pues no había regaderas, pero no están en funcionamiento, y nos pasaban un bote para cada dos personas, y pues habían situaciones en las que teníamos otros trabajos otras actividades, y la que se alcanzó a bañarse, se bañaba y la que no pues ni modo hasta el día siguiente.”

También confirma que existen problemas de salubridad al interior de la Casa DIF que lleva por nombre “CASA HOGAR DEL AMOR DE DIOS”, en donde hay propagación de piojos. Sin embargo, la menor ya se encuentra con su familia, tras la publicación del testimonio de sus padres. 

“No había enfermeras, las de ahí mismo en el anexo, son las que nos apoyaban con el medicamento. También desde casa DIF muchos niños tenían problemas con el piojo y todo, pero pues igual en el anexo se empezaron a propagar. Nos peinaban, pero eso no cambiaba mucho el hecho, porque compartíamos camas con las demás niñas. Y en las camas pues sí era muy muy incómodo, porque habían chinches, hay problemas de chinches, entonces pues hacía frío y pues si nos tapamos nos picaban.”