Desplazados por la violencia: un reto humanitario urgente
Aguascalientes se ha convertido en un refugio para miles de personas desplazadas por la violencia en México, enfrentando un desafío humanitario urgente mientras intentan reconstruir sus vidas lejos del peligro. La situación es especialmente grave en el estado de Zacatecas, donde la escalada de la violencia ha forzado a unas 10 mil personas a abandonar sus hogares entre 2021 y 2022, según Jairo Antonio López, profesor-investigador de la Unidad de Ciencia Política de la UAZ.
Los desplazamientos forzosos en Zacatecas están directamente relacionados con el aumento de la violencia en la región, que alcanzó su punto máximo en 2021 con una tasa de homicidios dolosos entre las más altas del país. López destaca que estos desplazamientos no son tanto resultado del crimen organizado como de la permisividad autorizada por las autoridades, y subraya el impacto devastador que esta situación tiene en los niños y niñas que son los más afectados.
Según Fernando Covarrubias, director de las Licenciaturas de Administración y Finanzas y Contaduría de la UP, alrededor del 20% de la migración en Aguascalientes proviene de Zacatecas, mientras que un 16-17% proviene de Jalisco y aproximadamente un 14% del Estado de México. Este flujo migratorio está marcado por personas que buscan mejores oportunidades, principalmente en el ámbito educativo.
Covarrubias también resalta que entre 3,000 y 3,500 personas se mudan de manera permanente a Aguascalientes anualmente, con una tendencia creciente de personas provenientes de Zacatecas y Jalisco.
Martín Rojas Vega, maestro en Psicopatología Forense y Especialista en Victimología, destaca que estas personas necesitan un acompañamiento psicológico urgente debido al trauma y la revictimización que experimentan.
Asimismo, enfatiza el daño psicológico que sufren las personas desplazadas, quienes enfrentan constantemente situaciones de vulnerabilidad y marginación. Hace hincapié en la necesidad de proporcionar apoyo psicológico y recursos a estas poblaciones para ayudarles a adaptarse a su nueva realidad y reconstruir sus vidas.
La migración forzada es un fenómeno complejo que requiere una respuesta humanitaria integral por parte de las autoridades y la sociedad civil. Es fundamental brindar apoyo psicológico, asistencia legal y acceso a servicios básicos a las personas desplazadas, así como abordar las causas subyacentes de la violencia para garantizar un futuro seguro y sostenible para todos los ciudadanos.
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