Pese a denuncias, estudiante siguió recibiendo bullying en secundaria de Aguascalientes; protocolo es ineficiente

Pese a denuncias, estudiante siguió recibiendo bullying en secundaria de Aguascalientes; protocolo es ineficiente.
Insultos, amenazas y hasta empujones, comenzaron a registrarse en contra de una estudiante de la Escuela Secundaria Técnica Número 38 “Mario Aguilera Dorantes” por parte de una de sus compañeras, desde noviembre de 2024.
Ante los hechos, se realizó un primer reporte ante la Dirección del plantel, que tomó la determinación de hacer firmar a las alumnas un acuerdo de respeto a través del área de Trabajo Social.
Sin embargo, en marzo del presente año, las agresiones continuaron, alcanzando incluso a familiares de la estudiante agredida, narra Saraí García, madre de la alumna afectada.
“Se mantiene así, hasta marzo de este año que la niña la vuelve a amenazar de golpearla, la insulta diciéndole groserías, y metros más adelante de la secundaria, la ha empujado en la escuela a mi hija también… ya llegó a lo físico, no solamente al insulto, a lo verbal, si no a la amenaza y no solamente empujar a mi hija en la escuela, si no a unos metros de la secundaria también a mi hija menor, como mi mamá la lleva para ir por mi hija, y sabe que con mi otra hija pues se detuvo un poco, pero lo hizo con mi otra hija, yo he estado llevando cada uno de los reportes, lo que nos mandan, es con el título precisamente ‘reporte de violencia’, se imprimen y he llevado cada uno de los escritos, no solamente testimonio mío, sino testimonio de mi hija de los hechos, cuándo pasa, quién estuvo cerca, a qué hora fue, casi antes del recreo, todo detallado y ella en varios de esos reportes, en la mayoría ella expresa pues que tiene medio, que le vayan a hacer algo a ella o a su abuelita, porque esta alumna, pues la seguía amenazando, la seguía empujando y llegó tanto los insultos de la niña, que también a mi ya como persona adulta me llegó a decir groserías”
Ante la inacción del plantel, Sarai acudió directamente al área de acoso escolar del Instituto de Educación de Aguascalientes para reportar la situación. Fue hasta ese momento que se tomó la determinación de aplicar el protocolo de atención, que señala, ha sido largo, tedioso y hasta revictimizante, pues pese a su implementación, las agresiones continuaron, sin consecuencias para la parte responsable.
“Pues pasa esto, yo lo comento el segundo día, al tercero que hubo el altercado que mi hija estaba deprimida, que no quería salir de su cuarto, que ella no quería ir a la escuela, y también nuevamente el director Rodrigo, de manera muy prepotente me dijo que si yo le había visto el miedo en la cara de mi hija, obviamente no se la vi temprano, cuando se lo informó a mi mamá, yo hasta que llegué a trabajar, me comentan la situación, le dije ‘déjame ir a hablar con el director a ver qué se puede hacer’ y mi hija pues ya totalmente decepcionada de que ‘no le van a hacer nada, mamá si esto fue el segundo día del protocolo, ¿qué va a pasar después? no tiene caso’”
El protocolo consiste en la implementación de una bitácora donde se van indicando las incidencias. Las madres de familia de las partes involucradas deben signar el documento. La estudiante agredida es resguardada por dos compañeras de confianza y una tutora. Cualquier situación mayor debe reportarse a Trabajo Social. Ambas partes deben recibir atención psicológica.
Sarai menciona que la dirección del plantel decidió separar físicamente a las alumnas dentro del mismo, relegando a su hija y priorizando a la supuesta agresora.
“Lo que hacían es que querían que mi hija entrara por el estacionamiento, cuando yo reporté la segunda ocasión la agresión, me dijeron, ‘ah bueno, pues entonces sabe qué, vamos a ser que su hija’, me mandaron un aviso donde me informaban que querían que a partir de cierta fecha el lunes, mi hija entrara por el estacionamiento, iba a entrar escoltada por maestros hasta su salón y se me hizo una total falta de respeto que me pidieran eso porque era el lado… marginarla, si, cuando yo le digo a mi hija, menos quiere ir al a escuela, dice ‘mamá, pero si yo no soy la que insulto, yo no le dije groserías a su mamá, yo no la insulto a ella, yo no la empujo, ¿por qué yo voy a entrar por la puerta de atrás?’”
Sarai ha sido testigo del declive emocional de su hija. Tras el acoso escolar, la estudiante manifestó cambios en su comportamiento y estado de ánimo.
“Ver en ella un cambio totalmente diferente, que ya no llegara emocionada a decirme que jugaba fut en la escuela, yo en la tarde le tenía otras actividades de esparcimiento, las dejó, tampoco quiso ir, llegaba algunas, la mayoría de las veces por semana, a hacer su tarea, a esperarme en casa, a ayudar algunas labores con mi mamá a ver la tele, a ir a las actividades, llegaba yo del trabajo, me las llevaba, y a sus actividades y contar, dejé de llevarla porque ya mi hija no se levantaba, no quería ir, la vi con cambios de humor, la vi con mucho sueño, ella duerme mucho, de un tiempo para acá, claro yo entiendo que va a llegar cansada y hay veces que si dormía, pero nosotras veíamos, es un sueño diferente”
El informe psicológico emitido tras la valoración de la menor, indica expresamente que la víctima enfrenta un acoso escolar sistémico agravado por negligencia institucional, donde la escuela ha priorizado medidas excluyentes, en lugar de protegerla, normalizando la violencia y profundizando su inestabilidad emocional, angustia y percepción de desprotección, generando en ella rechazo de asistir a clases.
La estudiante señalada como agresora fue suspendida del plantel, tras acumularse al menos otras cinco quejas por parte de otros alumnos, sin embargo, el daño psicológico por las omisiones institucionales es latente.
Saraí exige que se tomen medidas de no repetición en próximos casos y que se proceda en contra de los directivos a cargo del plantel, que señala, no supieron manejar el protocolo de atención a casos de acoso escolar y en lugar de proteger a la menor, tomaron decisiones que vulneraron su derecho a un entorno libre de violencia.
“Hacer algo… aún con esas constancias, con esos escritos, con los testimonios de mi hija donde les dice ‘tengo miedo, yo tengo derecho a ir a la escuela bien’, esa súplicas tanto de mi hija como mía y ahora del doctor y me dijo que él tiene ninguna indicación, en contra del director, que él lo tuvo como director, no sé si trabajaron juntos, en una escuela y me señala, yo me senté así en frente de él y me señala ver su escritorio lleno de expedientes donde dice que hay casos que tiene retrasos de cinco a tres meses, o sea y que lo mio, no tienen indicación y si, la prueba está que yo, yo le llevé mi constancia desde junio y es fecha que no se han comunicado conmigo para decirme quién me va a reparar el daño emocional que tiene mi hija”
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