Corrupción opaca elecciones panameñas

Este domingo, los ciudadanos panameños se enfrentan a un proceso electoral en medio de un ambiente marcado por la corrupción, la tensión política y las preocupaciones medioambientales. Este evento histórico busca elegir al sucesor del presidente Laurentino Cortizo, cuya gestión ha sido empañada por escándalos de corrupción y desafíos socioeconómicos.

Con hasta ocho candidatos compitiendo en una sola vuelta electoral, Panamá se encuentra en uno de los procesos democráticos más amplios de la región. Sin embargo, este proceso se ve ensombrecido por la inhabilitación del exmandatario Ricardo Martinelli, quien intentó respaldar la candidatura del derechista José Raúl Mulino, a pesar de su propia condena por lavado de dinero en el caso "New Business".

Mulino, respaldado por Martinelli y bajo el lema "Mulino es Martinelli, Martinelli es Mulino", lidera las encuestas con más del 37% de apoyo, superando a otras propuestas políticas, incluida la del Partido Popular (PP), liderado por el expresidente Martín Torrijos. Sin embargo, su candidatura ha sido objeto de controversia y cuestionamientos legales.

Estas elecciones también se llevan a cabo en un contexto de creciente descontento hacia la clase política, impulsado en gran parte por casos de corrupción continuos y problemas medioambientales, como la sequía que ha afectado al tráfico fluvial en el Canal de Panamá, vital para la economía del país.

Además, Panamá se enfrenta al desafío de las migraciones masivas, con cientos de miles de personas atravesando la selva del Darién. 

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