EE. UU. y Reino Unido anuncian acuerdo comercial para reducir aranceles; negociación entra en etapa final

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, anunciaron este lunes que han alcanzado un acuerdo comercial bilateral centrado en la reducción de aranceles, el cual se encuentra en sus "etapas finales de implementación".
Aunque el acuerdo aún no contempla la eliminación de aranceles al acero, un componente clave del intercambio comercial entre ambos países, las partes confirmaron que continúan las negociaciones para reducirlos a cero en una versión definitiva del pacto.
"Este acuerdo generará muchos empleos y muchos ingresos", declaró Trump, quien subrayó el potencial del tratado para impulsar la economía estadounidense. Starmer, por su parte, señaló que el acuerdo "beneficia a las empresas y a los trabajadores británicos, al proteger miles de empleos en sectores clave, como la fabricación de automóviles y la siderurgia".
El anuncio ocurre tras semanas de incertidumbre para las empresas británicas, luego de que el presidente Trump duplicara a principios de mes los aranceles a los metales importados desde varios países, llevándolos al 50%. Posteriormente, se aclaró que para el Reino Unido la tarifa se mantendría en 25%.
El acuerdo, originalmente anunciado en mayo, contempla la reducción de aranceles estadounidenses a productos como automóviles, acero y aluminio británicos, a cambio de un mayor acceso del mercado británico a productos estadounidenses, incluidos carne vacuna y etanol. Sin embargo, la entrada en vigor se ha demorado, generando preocupación entre los industriales del Reino Unido.
Durante su visita a la planta de Jaguar Land Rover en Solihull, Starmer aseguró que el pacto "protege los intereses estratégicos del Reino Unido". La automotriz británica celebró la noticia. Su consejero delegado, Adrian Mardell, expresó su "gran satisfacción" y agradeció a ambos gobiernos "la rapidez en alcanzar el acuerdo".
En tanto, el ministro británico de Comercio, Jonathan Reynolds, adelantó que Londres buscará avanzar hacia "un acuerdo económico más amplio con Estados Unidos", lo que podría abrir nuevas negociaciones comerciales en el futuro.
Desde el sector laboral, la confederación sindical TUC calificó el acuerdo como un alivio para los trabajadores británicos, en particular aquellos ligados a las industrias del acero y la automoción, duramente golpeadas por los cambios arancelarios previos.
No obstante, el acuerdo también ha generado críticas. Kemi Badenoch, líder del opositor Partido Conservador y jefa de la oposición, acusó a Starmer de haber sido "estafado", al señalar que, "cuando el Reino Unido recorta aranceles, Estados Unidos los triplica", aunque no ofreció detalles específicos.
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