Israel confirma haber matado al nuevo líder de Hezbolá en un bombardeo
El ejército israelí confirmó este martes la muerte de Hashim Safi al-Din, quien se perfilaba como el sucesor del histórico líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, en un bombardeo realizado hace tres semanas al sur de Beirut. Safi al-Din, líder del Consejo Ejecutivo de Hezbolá, fue abatido junto a otros altos mandos del grupo chií, incluyendo al jefe de la Dirección de Inteligencia de Hezbolá, Ali Husein Hazima.
"Ahora podemos confirmar que el jefe del Consejo Ejecutivo de Hezbolá, Hashem Safieddine, y el jefe de la Dirección de Inteligencia de Hezbolá, Ali Husein Hazima, fueron abatidos junto a otros comandantes de Hezbolá en un bombardeo hace unas tres semanas", indicó el ejército israelí en un comunicado oficial.
Hashim Safi al-Din, nacido en 1964 y primo del fallecido líder Hasán Nasralá, ha sido una figura clave dentro de Hezbolá. Como jefe del Consejo Ejecutivo de la organización, estaba a cargo de la gestión de relaciones exteriores, medios de comunicación y servicios sociales, lo que le daba una posición central en la estructura del grupo. Esta responsabilidad le permitió consolidar el apoyo de la comunidad chií en el Líbano y ejercer una gran influencia en las decisiones estratégicas de Hezbolá.
Safi al-Din también ha sido visto como el sucesor natural de Nasralá, debido a su estrecha relación con Irán, principal aliado de Hezbolá. Su retórica ha defendido consistentemente la resistencia armada contra Israel y ha apoyado las políticas regionales de Teherán, incluidas sus alianzas con el régimen sirio y las milicias chiíes en Irak, Siria y Yemen.
A lo largo de los años, Safi al-Din ha desempeñado un papel crucial en justificar el arsenal y las operaciones militares de Hezbolá, presentándolas como necesarias para la estabilidad del Líbano. Bajo su liderazgo, Hezbolá no únicamente ha mantenido su fuerza militar, sino que ha ampliado su influencia mediante la provisión de programas sociales esenciales en las áreas de salud, educación y bienestar.
Safi al-Din ha sido sancionado por varios países, incluidos los Estados Unidos, por su presunta implicación en actividades terroristas a nivel internacional. Sin embargo, su liderazgo fue clave para el mantenimiento del apoyo popular a Hezbolá, a pesar de su perfil más reservado en comparación con Nasralá.
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