Pentágono ejecutó segundo ataque a barco en el Caribe, pese a conocer presencia de sobrevivientes: AP
El Pentágono autorizó un segundo ataque contra un presunto barco cargado de drogas en el mar Caribe, aun cuando ya tenía información de que había sobrevivientes tras la primera ofensiva del 2 de septiembre, revelaron dos fuentes con conocimiento directo del caso citadas por la agencia AP.
Las operaciones, emprendidas desde septiembre, han dejado más de 80 muertos y cerca de 20 embarcaciones destruidas. Críticos y especialistas en derecho internacional advierten que estos hechos podrían constituir ejecuciones extrajudiciales, incluso si los objetivos eran presuntos criminales.
Según las fuentes consultadas, la justificación para la segunda embestida fue la supuesta necesidad de hundir completamente el barco. La administración del presidente Donald Trump sostiene que las 11 personas que viajaban a bordo murieron en el operativo.
Lo que permanece en duda es quién ordenó específicamente el seguimiento letal y si el secretario de Defensa, Pete Hegseth, tuvo participación directa. Una de las fuentes indicó que este punto será abordado en una sesión informativa clasificada del Congreso programada para el jueves 4 de diciembre, con la presencia del almirante Frank Mitch Bradley, señalado por la administración como el responsable de autorizar el segundo ataque.
El lunes 1 de diciembre, la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó en rueda de prensa que "es verdadero" que Hegseth no dio la orden directa. Acto seguido, leyó un comunicado oficial en el que la Casa Blanca sostiene que el ataque —revelado inicialmente por The Washington Post— ocurrió en aguas internacionales y "en conformidad con el derecho en conflictos armados".
Leavitt insistió en la legalidad de la operación y desligó de responsabilidad al secretario Hegseth, en momentos en que legisladores de ambos partidos impulsan una investigación sobre un posible crimen de guerra.
"Trump y el secretario Hegseth han dejado claro que los grupos narcoterroristas designados por el presidente están sujetos a ataques letales de conformidad con las leyes de la guerra. Con respecto a los ataques del 2 de septiembre, el secretario Hegseth autorizó al almirante (Frank) Bradley a llevar a cabo estos ataques cinéticos", afirmó Leavitt al leer el posicionamiento.
"El almirante Bradley actuó con eficacia, dentro del marco de su autoridad y de la ley que regulaba la operación, para garantizar la destrucción del barco y la eliminación de la amenaza para los Estados Unidos de América", añadió.
Bradley, almirante de la Armada estadounidense, fungía en ese periodo como comandante del Comando de Operaciones Especiales Conjunto (JSOC, por sus siglas en inglés).
Posteriormente, Hegseth defendió la decisión argumentando que el segundo ataque se produjo en medio de la "niebla de la guerra", alegando que no vio sobrevivientes pero que tampoco permaneció para observar el resto de la misión.
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