Senado de EE. UU. propone reducir impuesto a remesas de 3.5% a 1% en proyecto de ley fiscal de Trump

El Congreso de Estados Unidos se encamina a una votación clave sobre el ambicioso proyecto presupuestal del presidente republicano Donald Trump, el cual incluye, entre sus medidas más polémicas, la implementación de un impuesto del 1% a las remesas enviadas desde territorio estadounidense al extranjero.
La propuesta original, aprobada previamente en la Cámara de Representantes, contemplaba un impuesto del 3.5%, pero fue reducida al 1% en la versión revisada por el Comité de Finanzas del Senado, como parte de un intento por hacer más viable el texto ante la fuerte oposición demócrata y ciertas divisiones dentro del propio Partido Republicano.
“se impone a cualquier transferencia de remesas un impuesto equivalente al 1% del monto de dicha transferencia”, señala el texto del comité del Senado.
A su vez, esto impactaría directamente a millones de trabajadores migrantes que envían dinero a países como México, Guatemala, El Salvador y Honduras.
Asimismo, el megaproyecto, apodado por Trump como el "Gran y hermoso proyecto de ley", tiene como objetivo extender más de 3.8 billones de dólares en recortes fiscales establecidos durante su primera administración. Para financiar parte de estos recortes, el plan también propone reducciones en el gasto social, incluyendo programas como Medicaid, cupones de alimentos (SNAP) y asistencia para vivienda, lo que ha generado tensiones incluso entre legisladores republicanos.
La propuesta de ley, fue publicada poco antes de la medianoche del viernes 27 de junio. Se esperaba que el Senado iniciara el debate este sábado 28 de junio con una votación procesal, aunque el calendario se mantiene incierto. El proceso legislativo contempla al menos 10 horas de discusión y una maratónica sesión nocturna para someter a voto diversas enmiendas.
"Está evolucionando", reconoció el líder de la mayoría en el Senado, John Thune, republicano por Dakota del Sur, al cierre de la sesión del viernes, dejando claro que aún falta camino por recorrer antes de una eventual votación final.
Si es aprobado en el Senado, el proyecto deberá regresar a la Cámara de Representantes para su revisión y votación definitiva antes de ser enviado a la Casa Blanca.
Por su parte, la administración Trump ha intensificado su presión para que el Congreso lo apruebe antes del 4 de julio, aunque el presidente ha emitido señales contradictorias, sugiriendo en momentos estar dispuesto a permitir más tiempo de negociación.