Suspenden veto de Trump contra estudiantes extranjeros en Harvard

Una jueza federal suspendió de manera temporal la decisión del gobierno de Donald Trump de revocar la certificación que permite a la Universidad de Harvard recibir estudiantes extranjeros, tras considerar que la medida podría ser inconstitucional y motivada por represalias políticas.
El fallo, emitido este viernes por la jueza Allison Burroughs del tribunal federal de Massachusetts, impide que la administración Trump aplique la cancelación de la certificación SEVIS (Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio), lo que significaba un veto efectivo a la admisión de estudiantes internacionales para el ciclo 2025-2026.
La controversia se desató el jueves, cuando Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, anunció la revocación de dicha certificación, argumentando que Harvard "fomenta la violencia, el antisemitismo y colabora con el Partido Comunista Chino". Harvard respondió de inmediato con una demanda federal.
Más de una cuarta parte de la comunidad estudiantil de Harvard está compuesta por alumnos internacionales. La pérdida de esta población estudiantil implicaría un golpe económico significativo, pues cada estudiante paga decenas de miles de dólares anuales en matrícula. Además, podría afectar la reputación global de la universidad y su capacidad de atraer talento académico de todo el mundo.
El presidente de Harvard, Alan Garber, calificó la acción del gobierno como "ilegal e injustificada" y advirtió que "pone en peligro el futuro de miles de estudiantes y académicos, y envía un mensaje negativo a toda la comunidad internacional".
En la demanda presentada por Harvard, la universidad acusó al gobierno federal de actuar "en clara represalia" por su resistencia a permitir la supervisión gubernamental sobre sus procesos de admisión, contratación y diseño curricular, lo que consideró una violación a sus derechos protegidos por la Primera Enmienda.
La Casa Blanca ha endurecido su postura hacia Harvard desde que la universidad se negó a cumplir con presiones para reformar sus criterios de admisión y revisión interna. El presidente Trump, crítico frecuente de las élites académicas, ha calificado a la institución como un "foco de ideología liberal y antisemitismo".
En los últimos meses, la administración ha congelado subvenciones por 2 mil 200 millones de dólares y 60 millones en contratos federales, además de ordenar la deportación de un investigador de la Facultad de Medicina.
Las tensiones se agravan en el contexto de una creciente confrontación entre Washington y Pekín. Según datos de la propia universidad, los estudiantes chinos representan más del 20% de la matrícula internacional. China, a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores, advirtió que la medida "sólo perjudica la imagen internacional de Estados Unidos" y reiteró su oposición a la "politización de la cooperación educativa".
Por su parte, la Asociación de Profesores Universitarios de Harvard denunció el veto como "una medida abiertamente autoritaria" que pone en peligro la autonomía universitaria.
El veto queda suspendido al menos hasta el 29 de mayo, cuando se celebrará una audiencia judicial preliminar que definirá el curso legal del caso. Mientras tanto, Harvard continúa su lucha legal para garantizar que sus puertas sigan abiertas a estudiantes de todo el mundo.
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