Donación de órganos: mucho por aprender
Con información de Alejandro Medina y Fernando Medrano.
Numeralia y trasplantes.
Arturo Valdez es un joven originario de Aguascalientes, quien apenas a sus ocho años de edad fue sometido a un trasplante de riñón. Este es su testimonio:
“Mis hermanas, tengo 2, ellas estaban estudiando danza, o algo así, el chiste es que ellas iban a bailar y yo estaba chiquito, tenía como unos 5 años más o menos y yo estaba ya en el segundo piso viendo a mis hermanas y de repente ¡pum! me caí en paro y ya pues me llevaron rápido al Hospital de la Mujer y ahí le comentaron a mi mamá que no se iba a hacer nada, que eran las últimas esperanzas. Ya le habían dicho a mi mamá que los riñones iban a dejar de funcionar, que no crecieron. Y ya como en eso de los 7 años es cuando me empezaron a dializar.”
La donación le brindó una calidad de vida digna; sin embargo, hoy a sus 27 años le notificaron que requiere un nuevo trasplante y se encuentra en lista de espera.
La donación es el acto voluntario de dar un órgano, tejido o células de sí mismo a otra persona que lo necesita para mejorar su salud.
De acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA), al día de hoy 20,291 personas están a la espera de recibir un órgano, cifra que disminuyó con respecto a 2022, cuando había 22,922 receptores en espera, siendo el riñón, las córneas y el hígado los órganos y tejidos con mayor demanda.
Las córneas fueron el tejido más trasplantado en los últimos dos años. El CENATRA tiene un registro de 3,061 donaciones de córneas realizadas en el año 2022, superando las 2,301 practicadas en el 2021 en México. Aguascalientes se ubica en la octava posición a nivel nacional tras registrarse 101 trasplantes el año pasado, el 87% de ellas realizados en el Patronato Banco de Ojos y Tejidos A.C.
Una situación alarmante se refleja en lo que respecta al riñón, el órgano de mayor demanda, pues Aguascalientes se ubica en la primera posición a nivel nacional de trasplantes per cápita. En 2022, de los 2,712 trasplantes realizados en México, 107 se practicaron en Aguascalientes, 106 por donante en vida y solo uno por donante cadavérico.
Sobre esta problemática, Arturo narra cómo es la cotidianidad de aquellos que lo viven en carne propia:
“Yo no sabía la dura batalla porque sí duré muy poquito con diálisis, como 4 o 5 meses. Y ahorita, ya que llevo dos años y medio con hemodiálisis, para mí es algo duro, ¿verdad?, para todos. Más que nada tienes en veces miedo, ver a los compañeros, hay unos que están más malos que otros, pero pues sí es duro porque nunca sabes cuándo te vas a poner mal, me ha tocado varias veces que la verdad casi casi que uno queda ahí en la máquina. Digo, me ha tocado dos, tres veces que sí me he puesto muy malo y por eso mismo te entra el miedo de entrar a la máquina. “
Percepción ciudadana:
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE), el 54% de las personas que tramitan su licencia de conducir aceptan ser donadores de órganos, mientras que el otro 46% lo rechaza. En las calles de Aguascalientes, a partir de un sondeo realizado por BI Noticias, también se observa una mayoritaria respuesta positiva.
Testimonio 1: “Pues porque así se perpetúa un poquito lo mucho que Dios nos da. Muchas veces no lo valoramos y hay muchísima gente que lo puede utilizar más adelante”.
Testimonio 2: “Porque son de las últimas acciones que puedes hacer, ¿muerto para qué los quieres? Es algo que puede ayudar a una persona que está esperando algún órgano, de hecho yo estoy como donante. Es una acción que todos podemos llegar a requerir en algún momento”.
Testimonio 3: “Por supuesto que sí, tengo un nieto que es diabético y definitivamente yo le donaría si todavía mis órganos sirvieran, puesto que ya soy una persona adulta”.
Testimonio 4: “Sí puede ser que sí, por el amor de la familia pues no importa, si tienes dos riñones pues con uno que te quiten no pasa nada”.
La donación podría tratarse de una decisión que resulte compleja, por ello, algunos solo la realizarían en casos particulares.
Testimonio 5:
- Bueno, si ya no tengo vida y mis órganos pueden ayudar a gente, pues se los dono.
- ¿Y en vida donarías algún órgano?
- No, en vida no.
- ¿Por qué en vida no?
- No, ¿y luego si no funciona ya bien mi cuerpo? ¿Si no me responde bien?
Testimonio 6: “Tendría que ser una persona muy cercana a mí, a la que yo estime para que yo tome la decisión de realmente hacerlo”.
Aunque también existen casos en los que las personas no están en la disposición de donar, influenciados por mitos al respecto.
Testimonio 7:
- “Es que escuché que era malo ponerlo en documentos, o sea, era malo poner que eras donador de órganos”.
- “¿Qué fue lo que escuchaste?”
- “Que, si pasaba un accidente o algo así, pues no te iban a atender de la manera correcta para donar tus órganos”.
Testimonio 8: “Porque en lo personal, si yo supiera que van para personas que lo necesitan, lo hubiera hecho, pero se me figura que la gente con dinero como que los aparta, no sé”.
Con base en dichas creencias, se consultó al Banco de Ojos y Tejidos de Aguascalientes, donde su presidente, Ricardo Magdaleno Rodríguez, desmintió que haya preferencias por estatus socioeconómico.
“Se trata de que la persona que va a recibir la donación no sepa quién fue el donante, o la familia del donante no sepa quién fue el receptor, para evitar que vayan y le quieran ver como un favor o una obligación de una correspondencia. Eso garantiza más transparencia y que sea gratuito”, aclaró.
Referente a la creencia sobre aceptar ser donador en el permiso de conducir, es imposible que futuras atenciones médicas se vean afectadas por ello, pues además de que hay requisitos estrictos para que una persona pueda ser donante, la credencial de manejo no es un documento legal, por lo que, cuando la oportunidad de donar se presenta, la última palabra la tiene el familiar directo.
¿Cómo donar?
En vida, es posible donar órganos como el riñón o una parte del hígado, páncreas y pulmón, al igual que tejidos como sangre, médula ósea y el cordón umbilical. Al fallecer, siempre y cuando sea por muerte cerebral para los órganos, o por paro cardiorespiratorio para tejidos, es posible donar lo ya mencionado junto con el corazón, intestinos, huesos, tendones, etc. Sin embargo, pocos perfiles son aptos; al respecto opina el Dr. Armando Ramírez Loza, exdirector del Hospital Hidalgo.
“La gran mayoría de los donantes cadavéricos, muchos de ellos son jóvenes de accidentes que posiblemente terminen en muerte cerebral, la gran mayoría es gente joven sin alguna enfermedad agregada. ¿Qué requisitos? Pues que no tenga ninguna enfermedad como VIH, hepatitis, u otro tipo de enfermedades virales que se puede incluso transmitir en el órgano”.
Aunado a lo ya mencionado, los órganos deben de ser compatibles con el receptor, para lo que se llevan a cabo estudios clínicos que lo comprueban, hecho que puede llegar a retrasar el proceso, pues además, hay mucha documentación necesaria. Gloria Duarte, procuradora de órganos del Banco de Ojos y Tejidos, advierte las dificultades del protocolo.
“Sí es largo el proceso y hay que hablarle con la verdad a los familiares que se va a tardar. Es que se le tienen que hacer varios estudios. Tocamos al CENATRA y avisamos que tenemos un donador ¿Quién necesita un corazón? ¿Quién necesita esto? Ahí es donde se tarda porque vienen los especialistas para poder llevarse los órganos”.
Además, con el objetivo de evitar algún tipo de abuso, ni los menores de edad ni las personas con alguna discapacidad mental son candidatos a donar en vida o muerte. También es importante mencionar que los gastos no corren a cargo del donante, sino del receptor.
Sobre tatuajes o perforaciones, estos deberán haberse hecho 6 meses antes del momento de la operación, con la finalidad de descartar riesgos sanitarios, ante la presencia de una enfermedad transmisible.
“Los únicos que sí no pueden donar, son los que se drogan en los picaderos, porque comparten las jeringas y están compartiendo todo y ahí sí no”, añadió la procuradora.
A final de cuentas, lo más importante es tomar la iniciativa. Primeramente, extender a la familia que se tiene la firme intención de donar, ya sea en vida o muerte, para que la decisión sea respetada.
“Si yo estoy dispuesto a donar mis órganos, también lo debo hacer extensivo a mi familia, para que en el momento en que yo no esté en condiciones de decidir, pues para mi familia también incluso sea más fácil la decisión”, concluyó el exfuncionario de salud.
Esta enfermedad implica un gran sacrificio para las familias, principalmente en cuestión económica, por lo que muchos deben permanecer en espera con cualquier terapia de sustitución renal mientras consiguen el dinero. Arturo agrega cómo ha sido su experiencia al respecto.
“Bueno yo me acuerdo de mi mamá que me llevaba al Seguro, pero pues yo estaba chiquito y no captaba lo que pasaba. Y yo siempre veía que, en cuanto llegaba mi mamá con mi tía, lloraba y lloraba, pero yo decía, ¿pero por qué? y yo me asustaba, decía pues algo le dijeron de mí. Pues ya le habían dicho que iba a tener esto.
Ella buscaba remedios, cualquier cosa para ver si funcionaban mis riñones, a ver si podían funcionar, pero lamentablemente no.
No somos de mucho dinero, ¿verdad?, pero sí estamos como a medias, pero después del trasplante como que sí todo se fue abajo, tuvieron que vender casas, nos quedamos sin casa, nos quedamos sin nada, la verdad, vendimos todo” recordó.
La infraestructura para donar órganos y tejidos en nuestro estado existe tanto en la iniciativa privada como en los centros públicos. Lo que hace falta es fomentar la cultura de la donación.
“Que nos quitemos la venda que tenemos en los ojos, y de veras que, cuando nos vayamos de este mundo, no nos vamos a llevar nada. Como luego yo les digo, ni siquiera pasamos a cerrar la puerta, entonces de que dejemos algo para mejorar la calidad de vida de otra persona, sería yo creo excelente, y para que sigas trascendiendo por otros lados”, concluyó Duarte.
A final de cuentas.
Mientras en la capital de nuestro país los trasplantes por donante vivo y cadavérico son prácticamente equivalentes, en el resto de la república no es así, lo que habla de una carente cultura de la donación y voluntad de la sociedad en general.
Aunque en otros países ya se habla de trasplantes de rostro, cerebro, e incluso cabeza, en México seguimos en deuda con más de 20,000 pacientes en espera de un órgano o tejido, y mientras la ciencia médica trabaja en encontrar alternativas, a la sociedad le corresponde actuar con sensibilidad, empatía y generosidad.
Arturo Valdez concluye apelando a la concientización de la sociedad en general, quien tiene en su interior parte de la solución.
“Más que nada que se informen, digo porque donar órganos para mí es una muestra de amor, y más que nada le estás dando una segunda oportunidad de vivir”.