"Es nuestro pulmón y nuestra caja de agua": mujeres luchan por proteger al Bosque de Cobos
En el Bosque de Cobos, al sur del municipio de Aguascalientes, hay varias comunidades esparcidas entre los mezquites. Están los Parga, el Malacate y San Miguelito. Siendo un sitio en amenaza constante, no solo por los incendios y la tala clandestina, sino también por los desarrollos inmobiliarios, las comunidades y los voluntarios comenzaron a organizarse desde hace algunos años. El Bosque de Cobos comenzó a defenderse.
En las discusiones constantes entre los miembros del Cabildo del ayuntamiento capital, los diputados, senadores y partidos políticos, constantemente se menciona el tema del agua. Pero más allá de empresas, de las concesiones y de los títulos, hay una lucha que no se ve. La de las comunidades que tratan de proteger una de las últimas reservas de agua en la ciudad.
Cobos: zona de infiltración y captación de agua
El Programa de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Aguascalientes 2040 (IMPLAN, 2015), señala que las franjas de terreno que se ubican a los costados de todos los arroyos dentrodel área urbana de Aguascalientes (lo que incluye a los arroyos ‘‘Cobos’’ y ‘‘Parga’’) son zonas de recarga para los acuíferos, las cuales se deben dejar libres de cualquier construcción, como lo es el área del Bosque de Cobos-Parga.
En Cobos, se han registrado hasta el momento un total de 67 especies de vertebrados (anfibios, reptiles, aves y mamíferos) y al menos 125 especies de plantas.
Pero en medio de la discusión por el agua en la ciudad, pasa desapercibida la relevancia hidrológica de este lugar. En el Estudio Justificativo para el establecimiento del Área Natural Protegida, de gobierno del estado, se señala que esta zona forma parte de la subcuenca Cobos Parga-San Francisco, donde se captan los escurrimientos de agua que alimentan los cauces de los arroyos ‘‘Cobos’’, ‘‘Parga’’ y ‘‘San Francisco’’, mismos que posteriormente desembocan en el río ‘‘San Pedro’’. La vegetación natural que se desarrolla en este predio, amortigua la caída del agua de lluvia al suelo, evitando la erosión y permitiendo que una parte se infiltre paulatinamente al subsuelo. Esto la convierte en una importante zona de captación de agua de lluvia de hasta 935,980 m3 al año.
Mujeres en pie de lucha, la comunidad de los Parga
Aquí hay familias que cocinan con leña, que aprovechan los recursos del Bosque. Mujeres que utilizan el metate, que saben hacer pulque. Que conocen los mezquites y protegen la tierra. El Colectivo de Mujeres de los Parga ha sido reconocido en muchas ocasiones por el rescate de la cocina tradicional. Trabajan con lo que el Bosque les brinda, y llevan sus tradiciones a festivales, mercados e incluso a la Feria de San Marcos.
“También es cuidar, y el seguimiento también lo hacemos nosotros. Pero en el colectivo también tenemos el área de rescate cultural a través de la gastronomía: aquí las muchachas, todas, cocinan con leña, usando los ingredientes de la tierra: es así la filosofía de nuestra gastronomía”, narran.
Sin embargo, reconocen que la presa se está secando. Que los mezquites cada vez son menos, mientras que las toneladas de escombro en la zona son cada vez más.
“La presa era muy grande, el agua llegaba hasta acá, corría mucha agua, llovía mucho en aquellos años. Tardamos hasta una semana para poder pasar de un lado al otro lado, porque el arroyo era muy crecido. Era muchísima agua lo que se juntaba…” recuerda doña Lula, cuya familia fue una de las fundadoras de la comunidad.
Pero los Parga no es el único asentamiento que ha conformado un colectivo.
Malacate: mujeres que luchan contra los incendios
“Mi nombre es Mayra Karina Reyes, yo soy de aquí de la comunidad del Malacate, vamos a ajustar un año como colectivo. Trabajamos con los guardabosques como brigada de incendios forestales.”
En la Comunidad del Malacate (llamada así por el proceso en que se sacaba agua de las norias antiguas), otro grupo, en su mayoría también mujeres, conformaron un colectivo más. Aquí, incluso mujeres de la tercera edad se unen al combate de incendios, y han estado apagando centenares de ellos en los últimos años. Ellas señalan que son provocados.
“Los están provocando, porque no creo que se prendan. Tiene como 10 años que empezaron, y a veces hasta dos por día. Entonces dices tú a lo mejor, pues es el calor, pero creo que no, yo creo que sí no los están provocando. Las casas nos están llegando aquí a la comunidad, igual que a Cobos”, señalan.
La mancha urbana sigue ganándole terreno al Bosque de Cobos, acabando con una de las reservas del acuífero más importantes en el estado, con una sequía que gana terreno cada año, según se muestra en el monitor de la CONAGUA. Pese a que hay zonas que fueron declaradas como protegidas tanto por el gobierno municipal como por gobierno del estado, en administraciones anteriores, no se observa presencia de personal que cuide el área. Pero sí hay marcas de constructoras por toda la zona.
Además, hay una planta de tratamiento que constantemente arroja residuos a los cuerpos de agua en Cobos, lo que según han advertido activistas, además de contaminar, está acabando incluso con algunas tortugas de la zona.
“Tenemos que cuidar nuestro pulmón natural del bosque de Cobos, porque a mayor vegetación mayor lluvia, y Aguascalientes tiene años presentando una desertificación, y pues Bosque de Cobos lo está resintiendo con la falta de lluvia. Por eso es tan importante, creo yo, conservarlo, reforestarlo y seguirlo promoviendo. Es nuestro pulmón, pero también va a ser nuestra caja de agua. No tenemos que dejar que se pierda” señala Gabriela, miembro del colectivo de los Parga.
Quienes recorren y cuidan el Bosque de Cobos, son la propias comunidades, los activistas y los guardabosques, quienes han hecho un llamado constante a las autoridades para que rescaten una de las reservas de agua más importantes, y uno de los pulmones más elementales de la ciudad.