Iglesia belga se excusa por robo de más de 30 mil bebés
Después de que salieron a la luz nuevos testimonios de mujeres obligadas por la Iglesia de Bélgica a abandonar a sus bebés al nacer, y de antiguos niños adoptados o vendidos, el portavoz de la Conferencia Episcopal, Tommy Scholtes, reiteró el viernes 15 de diciembre las disculpas por tales hechos.
“Repetimos las excusas presentadas en 2015 y pedimos que se lleve a cabo una investigación externa para determinar las responsabilidades reales (…) No eran niños comprados. No aceptamos la expresión. (…) Las familias en espera de adopción agradecían a las religiosas cuando recibían al bebé, y contribuían financieramente al funcionamiento de las comunidades religiosas”, declaró Scholtes.
Se estima que aproximadamente 30 mil niños habrían sido separados de sus madres en Bélgica entre 1945 y 1980. Cifra que la Iglesia católica aún no ha confirmado. En la mayoría de los casos se trataba de jóvenes solteras, a veces víctimas de violación o incesto, cuyos padres querían ocultar el embarazo. Mismos que se ponían en contacto con órdenes religiosas, que a su vez estaban en relación con familias en espera de adopción.
En uno de los testimonios, una sexagenaria declaró que en 1982, las monjas para las que trabajaba la llevaron al hospital para dar a luz. Ese día también fue sometida a una “esterilización forzada” bajo anestesia, y nunca pudo ver a su hija, “vendida” a otros padres por varias decenas de miles de francos belgas.
Todo comenzó en 2014-2015, durante una serie de audiencias ante el parlamento regional flamenco. Se hablaba entonces de miles de adopciones forzadas durante las décadas de la posguerra.
Según Scholtes, los obispos ya habían expresado en aquel momento su deseo de que los servicios de la infancia de Flandes llevaran a cabo una investigación, sobre la base de los archivos de las comunidades religiosas que acogían a futuras madres. Pero la petición nunca se llevó a cabo.
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