Box tailandés: una conexión de mente, alma y cuerpo

El estilo de vida de las personas se forja con su entorno, sus gustos, sus pasiones… para muchos el deporte lo es todo en su vida, pero tiene mayor significado cuando deja una huella importante.

Eduardo Quiroz, mejor conocido como “Tiburock”, es por quien hoy se práctica y se conoce más el muay thai en Aguascalientes. 

“Tuve que pasar muchas muchas peleas, mucho camino recorrido…13 años de estar peleando. ¿Cómo se puede seleccionar a base de peleas? Te van rankeando, vas forjando un nombre, vas creando una carrera y pues bueno, unos promotores se fijaron en mí, me invitaron a pelear a Monterrey tres veces. Con buenos resultados fui dando buen espectáculo, buenas guerras y pues un día se me ofreció la pelea por el título, tuve la, posiblemente, yo lo veo como la la fortuna, de quedar. Empaté posteriormente me volvieron a hablar para un título que es el medio y pues bueno, aquí está, sí lo logré, ahora viene lo difícil que es defenderlo, que lo defiendo próximamente en abril”.

Y es que muchas veces, de manera muy auténtica, surgen los gustos, las pasiones, las conexiones con otros y de ahí todo lo que conforma a una sola persona.

“Desde niño, mi papá me pone mucho las películas de acción de banda, de Bruce Lee, de Stallone, entonces fue un gusto que me fue dando. De hecho, yo soy el único en la familia, que me dedico a esto, me apoyan, en un inicio no me apoyaban, como en todo, no recibí el apoyo pero en estos momentos, pues ellos son los primeros que me apoyan”.

Lejos de ser un deporte violento, para Eduardo el box tailandés conecta con el humano.

“Es un deporte muy espiritual, es un deporte donde trabajas mente, cuerpo y espíritu. Se oye muy trillado, pero sí tienes que ser uno para poder pelear es un deporte muy bonito”.

Como parte de ser uno de los pioneros de esta disciplina, Tiburock imparte clases de este deporte en su gimnasio en busca de trascender en lo personal y profesional, así como apoyar a quienes se introducen en este deporte para el cual no hay edad ni género.

“Me gusta sentir la gratificación que me da la gente porque cuando vienes a entrenar no es solamente venir a aprender que ese es el objetivo mucha gente no lo nota lo ve, pero saca su frustración canaliza, su ira sus problemas. Aquí se les olvidan, tengo gente con problemas de drogadicción que aquí han salido adelante de estar anexados ahorita están peleando están conteniendo ya pelear por pues por algo grande”.

Y el impacto es gratificante, eso lo puede dejar en claro su alumno Juan Alberto Guerrero, quien también dedica su vida a la enseñanza del Muay Thai.

“De hecho, yo siento que cuando inicié una, la relación de amistad y dos, la relación en el gimnasio con con Eduardo con el Tibu fue cuando empecé a crecer en este en este medio porque pues antes era simplemente, pues el alumno que iba tomaba clases y tan tan cuando empecé a hacer, pues ahora sí que ronda con el tribu fue de pues vámonos a correr y venga más temprano para esto y vámonos al cerro, entonces ahí fue cuando empecé a encontrar y ahora así como que un un sentido todavía más a este deporte”.

En medio de esta evolución deportiva y con las emociones a flor de piel, Tiburock ha organizado un combate.

“Yo me preparo a conciencia, desde que me dicen que voy a pelear, antes me ponía nervioso, ya la mera verdad, ya no me pongo nervioso, yo ya sé a lo que voy, es mi trabajo. Voy dispuesto a todo, si llega a pasar algo grave, algo fuerte, yo voy dispuesto. A mis familiares, a mi hijo, me despido de todos porque no sabemos qué vaya a suceder arriba del ring. Posteriormente ya cuando bajas de un ring es un alivio, es una gratificación, es como si te liberaran de un peso y en mi caso es de: ya, la que sigue, ya quiero otra”.

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