Sofía Castro habla de lo difícil que fue ser parte de la familia presidencial
Sofía Castro habló a detalle de su experiencia como parte de la familia presidencial durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, quien tenía una relación con Angélica Rivera, madre de la joven.
La actriz, quien actualmente participa en la telenovela 'Tierra de Esperanza', dijo que tenía 16 años cuando se mudaron a Los Pinos y compartió que fue una etapa dolorosa debido a los ataques constantes hacia ella y su familia.
"Te puedo hablar por mí, es algo que no puedo esconder, fue una etapa importante en mi vida. La verdad es que nadie sabe qué es lo que te espera. Por favor, nadie te explica lo que significa ser parte de la familia presidencial", dijo en entrevista con Yordi Rosado.
“Fue un shock de decir ‘es el presidente, mi mamá es primera dama’. Nos cambiamos de casa y mi papá, mi mamá, Enrique, hablaron con nosotros sobre que era una responsabilidad muy grande. Mi papá fue una gran pieza, un gran apoyo. Nos dijeron lo que implicaba, lo que se tenía que ser, que era una posición de mucha responsabilidad, prudencia. Y que nos cuidáramos de la gente que se nos iba a acercar", agregó sobre ese momento.
Sofía comentó que padeció acoso de la prensa y o estaba preparada para ello: "Una situación que me pasó en Las Vegas, muy fea, con El Gordo De Molina que me correteó por todos los Grammy y me preguntaron mil cosas. Hasta la fecha no puedo ver la entrevista, El Gordo no tuvo la compasión de decir ‘es una niña’. Realmente yo no tenía los informes, los números, nosotros estábamos tomando la responsabilidad que nos tocaba”.
La hija de Angélica Rivera y el Güero Castro también sufrió ataques en redes que la afectaron: "Siempre hicimos lo mejor que pudimos, aguantamos vara, porque la gente fue fea, me dijeron cosas en redes sociales bien feas, que ojalá me muriera... Me costó mi autoestima, que me cerraran tantas puertas".
Las críticas a su físico también la afectaron de manera importante según narró: “Me decía cachetona. Cara de tortillina, chaparra. No tienes cuello. Mis papás me decían: ‘No te lo creas. Tú eres más’. Me destrozaron (…) Le decía ya no puedo. Ya no quiero salir. No me podía ver al espejo. No me quería. Me afectó mucho la crítica”.
Lo sucedido le dejó secuelas y ha luchado por recuperar su autoestima. “Deja muchas secuelas, muchos traumas, inseguridades, en las que tienes que trabajar todos los días. Hay veces que necesito el reconocimiento y validez de todo el mundo. Confiar en mí me ha costado mucho trabajo, recuperar mi autoestima”, compartió.