A menos de una semana de finalizar su mandato, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decidió retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, una medida que había sido restablecida por Donald Trump durante su primer periodo presidencial en 2021.

La decisión, anunciada este martes, tiene como objetivo propiciar la liberación de varios presos cubanos en el marco de un proceso que cuenta con la mediación del Vaticano, según informaron altos funcionarios de la administración estadounidense.

"Tras una evaluación exhaustiva, no encontramos información que justifique la designación de Cuba como patrocinador estatal del terrorismo", señaló un funcionario que prefirió permanecer en el anonimato. Agregó que esta acción es "un gesto de buena voluntad para facilitar la liberación de personas injustamente detenidas".

Aunque la decisión marca un giro en la política hacia Cuba, podría ser revertida rápidamente. El mandatario electo, Donald Trump, asumirá el cargo en pocos días y su nominado a secretario de Estado, Marco Rubio, es conocido por su postura dura hacia la isla.

Rubio, de raíces cubanas, ha abogado durante años por sanciones severas contra el gobierno de La Habana. En las audiencias de confirmación ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado este miércoles, se espera que Rubio destaque su conexión personal con la isla y reafirme su compromiso de mantener una política estricta contra el gobierno cubano.

En los últimos días del primer mandato de Trump, el 11 de enero de 2021, su administración incluyó nuevamente a Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo. Esto revirtió el acercamiento diplomático iniciado durante el segundo mandato de Barack Obama.

Entre las razones citadas por la administración de Trump estuvieron el apoyo de Cuba al líder venezolano Nicolás Maduro, su negativa a extraditar a rebeldes colombianos y su supuesto refugio a estadounidenses buscados por la justicia.

Grupos de derechos humanos, activistas y organizaciones como la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos presionaron a Biden para eliminar la designación, argumentando que obstaculizaba esfuerzos humanitarios y diplomáticos.

La medida de Biden busca abrir una ventana de diálogo y cooperación, pero su futuro es incierto ante el próximo cambio de gobierno.

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