Putin visita Mongolia sin atender la orden de arresto de la Corte Penal Internacional
Vladimir Putin, presidente de Rusia, fue recibido con gran ceremonia este martes en Ulán Bator por su homólogo mongol, Ukhnaagiin Khurelsukh, marcando su primera visita oficial a un país miembro de la Corte Penal Internacional (CPI) desde que este tribunal emitió una orden de arresto en su contra. La orden, emitida en marzo de 2023, acusa a Putin de la presunta deportación ilegal de niños desde Ucrania, tras la invasión rusa en 2022.
Putin llegó a la capital de Mongolia la noche del lunes y fue recibido el martes en la Plaza Gengis Kan. La ceremonia incluyó fanfarrias militares y la interpretación de los himnos nacionales de Rusia y Mongolia, mientras ambos líderes presenciaban el evento acompañados por delegaciones oficiales y un destacamento de soldados mongoles vestidos con trajes tradicionales.
Este viaje representa un desafío directo a la CPI, que en su orden de arresto había solicitado a todos sus Estados miembros la "obligación" de detener a las personas buscadas por el tribunal. Kiev, por su parte, urgió a Mongolia a cumplir con esta orden, acusando al país de "permitir al criminal inculpado escapar a la justicia" al no arrestar a Putin.
Sin embargo, la CPI no cuenta con una fuerza coercitiva propia para hacer cumplir sus órdenes, y Mongolia, pese a ser miembro del tribunal, no tomó medidas para detener al presidente ruso. En respuesta, la Unión Europea lamentó la decisión de Mongolia de no cumplir con sus obligaciones según el Estatuto de Roma de la CPI. Un vocero de la UE emitió un comunicado expresando esta preocupación.
Estados Unidos, por su parte, fue más cauteloso en su reacción, señalando que espera que Mongolia "respete sus obligaciones internacionales", aunque también manifestó su comprensión ante la posición geopolítica de Mongolia, un país democrático situado entre dos gigantes autoritarios, China y Rusia. Mongolia mantiene estrechos vínculos culturales con Moscú y una importante relación comercial con Pekín, lo que complica su postura en el escenario internacional.
El gobierno de Mongolia no ha condenado la ofensiva rusa en Ucrania y se ha abstenido en las votaciones de la ONU relacionadas con el conflicto. Asimismo, no ha comentado públicamente la orden de arresto de Putin.
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