Tan sólo cuatro secuestrados puestos en libertad por bandas narco-criminales en Ecuador
La emisión de Buenos Dias Aguacalientes recibió este viernes una exclusiva con la periodista ecuatoriana especializada en crimen organizado, Karol Noroña, para actualizar el status de la alarmante situación de violencia que azota actualmente a Ecuador. La periodista brindó detalles sobre la ola de secuestros que mantiene en vilo al país, especialmente en las cárceles.
Karol Noroña comenzó la entrevista destacando la falta de actualizaciones oficiales respecto a las cerca de 180 personas que se mantienen secuestradas en al menos 7 cárceles, todos gobernados por bandas narco-criminales, asociadas a un cártel mexicano.
La periodista detalló que, desde el día d enero en que iniciaron los secuestros, solo cuatro personas han sido liberadas, según datos recibidos por una colaboración entre la Iglesia Católica, la policía y las fuerzas militares. Agregó que dentro de las personas puestas en libertad se encuentran una funcionaria del cuerpo administrativo del instituto de la cárcel de Turi, además de un guía penitenciario. Sin embargo, aún se mantienen secuestradas decenas de personas en la zona de Esmeraldas, en la sierra ecuatoriana, señaladas como las zonas más violentas del país (entre ellas, el director de la prisión).
Noroña expresó su preocupación por la falta de información oficial sobre el estado de salud de los secuestrados y destacó la colaboración de la sociedad civil, la Iglesia Católica y la Cruz Roja en los esfuerzos para enfrentar esta crisis.
Con respecto a la asistencia gubernamental, la periodista mencionó que el presidente Daniel Novoa, a pesar de carecer de un equipo de seguridad sólido, ha centrado sus esfuerzos en proyectos económicos urgentes, generando polémica con propuestas de incremento de impuestos.
Sobre la estrategia de seguridad, Noroña indicó que la falta de una línea de ruta clara y la adopción de medidas militarizadas han generado incertidumbre entre la población y los expertos, y alertó sobre la creciente estigmatización de quienes abogan por los derechos humanos, convirtiéndolos en enemigos nacionales.