70 años del voto de las mujeres en México

La primera vez que hubo elecciones federales constitucionales en nuestro país fue en 1824, cuando Guadalupe Victoria se convirtió en el primer presidente constitucional de México. Hubo disputas entre liberales y conservadores, regresos al imperialismo, guerras, mucha inestabilidad política por todo el resto de ese siglo y el inicio del siguiente. Se fundaron también algunos de los partidos políticos que conocemos ahora. Pasaron muchas cosas, pero las reformas constitucionales, que reconocieron la ciudadanía plena de las mujeres, llegaron hasta 1953. En otras palabras, durante más de un siglo hubo elecciones, pero las mujeres de aquellos tiempos no podían participar. El 17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el que se promulgaron las reformas constitucionales que otorgaron a las mujeres el derecho a votar y ser electas para ocupar cargos de elección popular. Esa es la razón por la cual en estos días celebramos el 70 aniversario del voto de las mujeres en México.

Esas reformas permitieron que las mujeres participaran en las elecciones mediante el voto, pero durante casi medio siglo fue evidente que no tenían espacios suficientes para ejercer su derecho de estar al otro lado del voto, en las candidaturas. En 1993 vino la Recomendación del COFIPE a los partidos políticos, de impulsar la participación de las mujeres. No fue suficiente, así que en 1996 se establecieron cuotas de género para garantizar que las candidaturas asignadas a un solo género no excedieran el 70%, no hace falta decir que ese 70% era para los hombres y el 30% restante, para las mujeres. En 2008 se modificaron esas cuotas para llegar a 60-40, es decir, 60% de las candidaturas para hombres y 40% para mujeres.

Tiempo después, la reforma política-electoral de 2014 estableció el principio de paridad que nos llevó al 50-50, es decir, la mitad de las candidaturas para los hombres y la mitad para las mujeres. Las elecciones de 2018 fueron las primeras bajo esa lógica y para 2020 se apostó por la paridad en todo. Las elecciones que hemos tenido en los años recientes y las que tendremos el próximo año van sobre ese principio.

Es un gran avance que haya más mujeres en los partidos políticos, las candidaturas y que sean electas para ocupar cargos públicos. Sin embargo, debemos poner atención a otros detalles. Por un lado, el aumento en la participación política de las mujeres suele encontrar obstáculos que se traducen en violencia política electoral contra las mujeres. Como señala Daniela Cerva, “más mujeres en la política se perciben como una amenaza”. En esta violencia se conectan la violencia política de todos los días, que también sufren los hombres, con la violencia contra las mujeres, que vivimos las mujeres estemos o no en política y que atraviesa tanto espacios públicos como privados. Al tratarse de violencia política electoral contra las mujeres, la violencia adquiere características muy específicas. Incluye desde burlas y actitudes condescendientes, confinamiento electoral, falta de acceso a recursos, hasta amenazas, acoso, golpes, privación de la libertad y asesinato.

Por otro lado, debemos poner atención también a las agendas. Que haya más mujeres no significa de manera automática que se sostenga la agenda de género. La experiencia —y también la investigación— nos han mostrado que algunas legisladoras no impulsan la agenda de género porque sus partidos y sus coordinadores de bancada se los impiden.

¿A qué nos referimos con la agenda de género? A eliminar las desigualdades de género en la vida social. Esto implica que se garantice el ejercicio de los derechos humanos, que contempla la participación social, política y económica, el acceso a la educación y el trabajo, el acceso a servicios de salud, considerando los derechos sexuales y reproductivos. Se ha traducido en iniciativas y leyes específicas en torno al derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, frente a la violencia contra las mujeres, los feminicidios, la violencia vicaria y más.

En suma, celebrar el 70 aniversario del voto de las mujeres en México nos deja ver lo mucho que se ha avanzado, pero también el largo camino que queda por recorrer.

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