75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
Wislawa Szymborska, una maravillosa poeta polaca, dedicó un poema al siglo XX, “El ocaso del siglo”, decía:
Tenía que ser mejor que los anteriores, nuestro siglo XX.
Ya no está a tiempo de demostrarlo,
tiene los años contados, andar vacilante,
respiración corta.
Han sucedido demasiadas cosas
que no debieron suceder,
y lo que tenía que llegar
no ha llegado.
Tenía que estallar la primavera
y, entre otras cosas, la felicidad.
El miedo tenía que abandonar valles y montañas.
La verdad tenía que ser más veloz que la mentira
en alcanzar el blanco.
Algunos desastres
no debieron repetirse,
por ejemplo la guerra,
el hambre, etcétera.
Tenía que respetarse
la indefensión de los indefensos,
la confianza y cosas por el estilo.
Traigo a cuento este fragmento del poema de Szymborska porque hoy se cumplen 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que fue adoptada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.
Cuando se formuló, el mundo venía saliendo de los horrores de la Segunda Guerra Mundial y esta Declaración representaba la posibilidad de contar con un marco normativo que estableciera los mínimos indispensables para todo el mundo. Como señala Volker Türk, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en su mensaje con motivo del aniversario: “En un momento en que el mundo se levantaba de los escombros, la Declaración estableció derechos universales y reconoció la igualdad de todas las personas”.
Como sabemos, esta Declaración contempla derechos individuales, políticos, económicos, sociales y culturales. Ha sido muy discutida desde su origen, por un lado, porque algunos países miembros no la firmaron porque no estaban de acuerdo con algunos puntos; por otro lado, porque se ha criticado mucho que es una versión muy occidental de los derechos, que desconoce otros modos de entender la justicia y la dignidad. También está el contraste entre las buenas intenciones y la realidad, porque podemos tener los marcos normativos internacionales más sofisticados, pero siempre es importante que los derechos estén contemplados en los marcos nacionales y que haya mecanismos de justicia. Lo vivimos todos los días, los derechos son constantemente atacados, las personas son o somos privadas de algunos de estos derechos.
A eso hay que sumar que en nuestros tiempos tenemos desafíos que no se previsualizaban entonces, tales como los efectos del cambio climático; que hay fenómenos que ya existían y se han radicalizado, como la desinformación, la polarización y los autoritarismos; que hemos pasado por otras guerras y enfrentamientos armados, porque haber conocido los horrores de la guerra parece no haber sido suficiente para evitarla.
Hoy 10 de diciembre se cumplen 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otra vez tenemos las sombras de la guerra y muchas asignaturas pendientes en los países.
En medio de las luces y sombras, espero que tengan una buena semana.
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