8M: Guardar silencio
Ayer 8 de marzo se conmemoró el Día de la Mujer, y quisiera contribuir a aclarar que es una fecha en la cual no se debe de felicitar a las mujeres, entre otras cosas por qué simplifica la fecha, además que desvía la atención del verdadero significado: la reflexión y la lucha continuada por la igualdad de derechos y oportunidades: es una fecha de conmemoración de una lucha histórica que las mujeres han continuado hasta nuestros días y que actualmente sigue en marcha, que el día se surgió, pues un 8 de marzo, pero de 1908, 129 mujeres perdieron la vida en un incendio en una fábrica textil de Nueva York, pues el dueño las encerró por haberse declarado en huelga por las condiciones laborales.
No se puede felicitar en esta fecha que nos tiene que recordar el peso y la lucha a lo largo de la historia humana.
Además, si empatizamos o apoyamos a las mujeres en esta lucha y conmemoración, otra cosa que podemos hacer los hombres es respetar, guardar silencio, es decir, “no opinar, no juzgar sobre lo que hacen las mujeres, las maneras en las que protestan, sino más bien dejarlas que ellas sean las protagonistas de este día y de su propia lucha”.
Y por ello hoy dejo hasta aquí mi comentario y aprovecharé para ir a leerle a mi hija Julieta de 9 años una historia de mujeres rebeldes, líderes, valientes, ejemplos y no cuentos de hadas o princesas, para con ello sembrar en ella la curiosidad, el pensamiento crítico y sepa que ella puede ser lo que quiera ser.
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