Aburto

El 23 de marzo de 1994, Mario Aburto fue detenido en un barrio de Tijuana donde se llevaba a cabo un mitin partidista, luego de que–presuntamente- disparara en dos ocasiones contra el candidato del PRI a la presidencia de la república, Luis Donaldo Colosio Murrieta. El candidato del PRI falleció ese mismo día, y la autoridad consignó a Mario Aburto como el autor material e intelectual del crimen político.

El caso impactó de lleno en el ejercicio del poder en nuestro país; en un contexto en el que en México había una guerrilla insurgente que le declaró la guerra al Estado, y en una temporada en la que habían ocurrido otros asesinatos de alto perfil contra personas relacionadas a la política, la religión, y el crimen. Era evidente que el régimen político de entonces estaba dando sus últimos estertores.

El caso del asesinato de Colosio estuvo lleno de inconsistencias, suspicacias, contradicciones, e investigaciones judiciales que no terminaron de atar la totalidad de los cabos sueltos. Hubo miles de fojas, testigos, presuntos implicados, videos, interrogatorios, artículos de prensa, investigaciones paralelas. Esto derivó en películas, series de televisión y libros impresos; cada uno con su propia versión de los sucesos; pero casi todos apuntando a una trama conspirativa de carácter político.

A Mario Aburto se le despersonalizó para convertirlo en personaje. Sobre él han caído infinitos adjetivos y teorías sobre su verdadero papel en la trama; se le han practicado innumerables estudios psicológicos, y ha purgado una pena de cárcel de 29 años. Mario Aburto se volvió tan famoso como el mismo Luis Donaldo Colosio; y sobre ambos existe toda clase de mitos arraigados ya en la cultura popular de México.

A Aburto se le juzgó con base en la legislación federal, con lo que se le dictaron 45 años de prisión. Sin embargo, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito, de Baja California, ganó un amparo a favor de que se reclasificara la condena de acuerdo al Código Penal de Baja California, que establece una pena máxima de 30 años de cárcel por el delito de homicidio. 

Si el Primer Tribunal Colegiado de Apelación así lo determina, la clasificación del delito cambiaría del fuero federal, al fuero común. De lograrse esto, además del peso simbólico que implica, permitiría que Mario Aburto terminara su condena, saliera libre, y contara públicamente su versión de los hechos, justo el 23 de marzo de 2024; el día del 30 aniversario del asesinato de Colosio. El impacto político es de pronóstico reservado.

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Alan Santacruz
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