Acoso escolar
Una de las prioridades de quienes trabajamos en el ámbito educativo es salvaguardar la integridad física y mental de las y los estudiantes que día a día recibimos en cada plantel. En el cuidado y protección de la niñez y la juventud mexicanas, no podemos incurrir en situaciones de omisión o negligencia que vulneren su bienestar o disminuyan su estabilidad.
Todo centro educativo es considerado como un segundo hogar, no solo por el número de horas que pasamos juntos, sino porque todo trabajador de la educación asume, como cualquier tutor, madre o padre de familia que es educador, formador y acompañante en la realización del proyecto de vida de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
El dos de mayo es el día internacional contra el acoso escolar, día en que si bien reconocemos la violencia como una amenaza a la culminación del trayecto educativo; también es propicio para fijar postura: la autoridad educativa debe actuar de manera oportuna para prevenir la violencia y reaccionar de manera inmediata ante el acoso escolar, sobre todo en los casos de violencia ejercida contra las niñas y las adolescentes; nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a causar sufrimiento, a ejercer maltrato físico, emocional, verbal, sexual o cibernético de manera reiterada, con la intención de intimidar o controlar a otra persona.
Las escuelas de todo el país habrán de convertirse en su totalidad en espacios libres de violencia donde se promuevan La Cultura de Paz, la no discriminación y el respeto a los derechos humanos; espacios de convivencia sana donde se privilegie el diálogo, la tolerancia y la resolución pacífica de los conflictos.
Coincido plenamente con la titular de la Secretaría de Educación Pública, la maestra Leticia Ramírez Amaya, cuando dice que “el hostigamiento y acoso sexual son conductas que laceran gravemente la dignidad de las personas” por ello implementamos en los planteles de Educación Media Superior la estrategia “Cero Tolerancia ante la violencia sexual” la cual conmina a personal directivo, docente y administrativo a crear Unidades de Atención y Redes de Apoyo en las que autoridades estatales y federales darán puntual seguimiento, de manera integral, a casos de acoso.
Si bien es cierto que la educación comienza en el hogar la comunidad educativa no puede soslayar la oportunidad de reivindicar las conductas que nos permitan tendernos la mano para reconstruir una sociedad igualitaria, sana y segura donde podamos todas y todos ser inmensamente felices.
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