Adiós Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes

Casi nueve años han pasado del lamentable y atroz hecho ocurrido en Iguala, Guerrero, donde desaparecieron 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapan. Esta semana, el Grupo Interdisciplinario de expertos Independientes (GIEI) emitió su sexto y último informe, revelador y crudo, lo describo sintéticamente de la siguiente manera:

Fue un crimen de estado, pues se comprueba la participación de autoridades municipales, estatales y federales, desde funcionarios, policías, tránsitos, ministeriales, el Cisen, el ejército y la marina. Como pruebas exponen el seguimiento de GEO referenciación de los teléfonos celulares de los funcionarios, así como las llamadas y menajes entre ellos y miembros del crimen organizado. 

El principal ejecutor fue el crimen organizado, pero autoridades de los distintos niveles solaparon y permitieron que esto ocurriera.

Deja en evidencia que durante los años de investigación, autoridades de todos los niveles, civiles y militares,  ocultan, encubren, cambian y/o destruyen información y pruebas que podría ayudar a hacerse justicia. Este informe desnuda la estructura de las instituciones del sistema mexicano.

Pero también, que durante un proceso judicial, el excesivo formalismo y burocracia entorpecen el avance de una investigación. 

México está dejando pasar la oportunidad de resarcir una justicia histórica que se le debe al pueblo de México, pudiendo dejar una experiencia positiva en un caso judicial de gran envergadura, como ha ocurrido en otros países como el caso de Chile o Argentina, hoy con este gobierno que prometió justicia a un año de terminar, quedará impune. 

¿Por qué se van? Por el constante bloqueo y ocultamiento de la información, y aún reconociendo la voluntad e instrucción del presidente López Obrador, y la cooperación de Alejandro Encinas, las estructuras de las dependencias actúan en contubernio para entorpecer el esclarecimiento. 

Los informes del GIEI quedarán como fuentes importantísimas para entender no solo lo que pasó en este caso, sino lo que pasa en el sistema mexicano.

Finalmente, deja una sensación de derrota de la democracia mexicana, pues es reflejo de la debilidad del estado mexicano, frente a los males del crimen, corrupción e impunidad. Si en un caso tan mediático no hay justicia, ¿Qué puede esperar el ciudadano común?

No queda más que agradecer al equipo de expertos del GIEI por su tiempo, dedicación y profesionalismo reflejado en su investigación, que lamentablemente nos deja la sensación de que en nuestro país no ha cambiado mucho, aunque se llenen la boca los políticos, el caso Ayotzinapan es reflejo de que en el Estado, sin importar que partido gobierne, sigue fallando a sus ciudadanos. 

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