Advertencia: Tensión y conflicto

De manera inevitable, Aguascalientes, y de hecho todos los estados, unos más otros menos, entrarán en los próximos meses en una espiral de tensión y eventualmente de conflicto político, en cuyo centro van a estar dos factores; uno es el mega proceso electoral del año 2024, que arranca formalmente en los últimos meses de este año, y otro, es la agudización de la inseguridad y la violencia en buena parte del país.

En el primer factor parece evidente que tanto el presidente como el gobierno están ya padeciendo los síntomas, en algunos casos muy graves, de la pérdida de poder, de la falta de resultados en materia económica y de pobreza, del severo desgaste a nivel internacional y estos elementos pueden ser un incentivo muy peligroso para tomar malas decisiones en los meses que le resten a este gobierno. El segundo factor, como es obvio, es que la violencia y la inseguridad parecen haberse salido ya de las manos al gobierno federal, al Ejército y a la Marina, y por supuesto, a una decena de gobiernos estatales donde el narco ha derrumbado al Estado, como Zacatecas, Colima, Michoacán, Sonora, Chihuahua, Tamaulipas y Guanajuato, entre otros, los cuales tienen tasas de homicidios por cada 100.000 habitantes que superan, o igualan a las de los peores años de países tan violentos como Honduras o como El Salvador.

Aguascalientes es un estado que, hasta ahora, parece estar lidiando razonablemente bien con este conjunto de fenómenos, pero hay al menos 5 zonas de riesgo, que pueden complicar o alterar la estabilidad local y cambiar el panorama político. Uno es que por parte de los gobiernos locales no se produzcan los resultados que la gente espera en materia, digamos de servicios públicos, de agua, de calidad educativa y de salud, de bienestar, etcétera, y que la gente sienta que las cosas no van mejor, por ejemplo, es muy sintomático que en la encuesta de diciembre del INEGI, solo el 37% de la población de Aguascalientes calificó al gobierno de su ciudad como efectivo para solucionar los problemas urbanos. Un segundo es que se produzca un aumento en la percepción de corrupción. Un tercero es que ni la economía ni el empleado de calidad crezcan y por ende aumente la pobreza laboral. Un cuarto es que exista un incremento de la inseguridad, ya sea endógena o importada del entorno regional, y un último factor es que todo lo anterior, se vuelve una combinación explosiva, desde el punto de vista electoral, aprovechada, por supuesto, por la oposición, que termine por dañar al partido en el gobierno, en los municipios y en el Congreso, y cambie la correlación de fuerzas políticas en 2024. Cabe citar solo como un ejemplo que en las elecciones del año pasado, la tasa de participación fue de apenas 46%, que hubo unos 13.000 votos nulos de personas que llenaron mal la boleta o deliberadamente la anularon como modalidad de protesta y que la oposición representada por Morena en ese año, en esa elección, levantó unos 160.000 votos, es decir, 10 veces más que en 2016.

En esa dirección, y a diferencia de lo que sucedía en el pasado, en escenarios mucho menos complicados, parece necesaria una acción mucho más decidida y efectiva de parte de los gobiernos, tanto estatal como municipales, para enfocarse en esas prioridades estratégicas más críticas, pero, también serán clave tres condiciones que cobran ahora una importancia crucial, necesitamos en primer lugar, una ciudadanía mucho más vibrante, exigente, coordinada y convergente entre sí y con los actores políticos. En segundo lugar, es urgente multiplicar los espacios democráticos de escucha, de diálogo, de participación y de concertación, más robustos y con alta capacidad de expresión, en donde se sepa lo que está en juego en el estado y en el país, y una tercera condición, es que tanto las fuerzas políticas como las organizaciones sociales, desplieguen una acción directa en el terreno y con las bases ahí donde está el verdadero electorado.

Me parece, pues, en suma, que estamos entrando en un escenario muy peligroso y nadie debe subestimar lo que hoy está en juego.

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