Buena gobernanza

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos tiene un documento sobre la explicación de en qué consiste una buena gobernanza, y señala que el concepto de gobernanza hace referencia a todos los procesos de gobierno, instituciones, procedimientos y prácticas mediante las que se deciden y regulan los asuntos que atañen al conjunto de la sociedad.

La buena gobernanza añade una dimensión normativa o de evaluación al proceso de gobernar, desde la perspectiva de los derechos humanos, la gobernanza se refiere, sobre todo, al proceso mediante el cual las instituciones públicas dirigen los asuntos públicos, gestionan los recursos comunes y garantizan la realización de los derechos humanos. Señala que no existe un consenso internacional sobre la definición de buena gobernanza, pero sí, el sentido de la misma podría abarcar las características siguientes: el respeto pleno a los derechos humanos, el estado de derecho, la participación efectiva, las asociaciones que representan múltiples intereses, el pluralismo político, los procesos e instituciones transparentes para que se rindan cuentas, un sector público eficiente y eficaz, la legitimidad, acceso al conocimiento, información y educación, el empoderamiento político de la población, la equidad, la sostenibilidad, y actitudes y valores que fomenten la responsabilidad, la solidaridad y la tolerancia. En resumen, la buena gobernanza está vinculada a los procesos y resultados políticos e institucionales necesarios para alcanzar los objetivos de desarrollo, la auténtica prueba de una buena gobernanza, es el grado en el que se hace realidad la promesa de los derechos humanos, tanto de los derechos civiles y políticos, como de los culturales económicos y sociales.

La pregunta fundamental es entonces sí as autoridades públicas garantizan eficazmente el derecho a la salud, a la vivienda, a la alimentación suficiente, a la educación, a la justicia, y particularmente, el día de hoy nos interesa destacar sí las autoridades garantizan auténticamente la seguridad personal, y todo esto viene a colación por una especie de sobre reacción del presidente de la República ante el documento sobre la situación de los derechos humanos en México que se presentó por el Departamento de Estado al Congreso norteamericano, pareciera ser que al presidente le duele que la realidad que vive México sea señalada por un país extranjero. El documento no tiene ninguna inconsistencia, no tiene ninguna falsedad, no es un documento mentiroso, es un documento totalmente objetivo basado, por cierto, principalmente en datos de la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos y del Secretariado Nacional de Seguridad Pública, que reflejan la realidad de México, en cuanto a homicidios, en cuanto a desapariciones, en cuanto a torturas, en cuanto a agresiones a los periodistas, en cuanto a agresiones a los defensores de derechos humanos y a la propia impunidad, resulta paradójico que ante esa realidad, la reacción del presidente sea sentirse ofendido, y como siempre, pues empieza a insultar a otras instituciones que le ponen claramente en su escenario la realidad de las políticas públicas de seguridad que México ha llevado a cabo. Sin duda es un documento valioso, es un documento que debe haberse recogido por México como un documento orientador para revisar las políticas públicas en materia de derechos humanos, y finalmente, es una realidad que estamos viviendo y que no se puede negar a pesar de que el presidente pretenda hacernos valer otros datos.

Creo que la relación con los Estados Unidos es una relación delicada, desde el punto de vista diplomático, de las relaciones exteriores, comerciales, económicas, sociales con los Estados Unidos y deberíamos ser mucho más atentos a la visión que se tiene en los Estados Unidos sobre lo que ocurre en México, y sobre todo, si esa visión, representada por un órgano oficial del gobierno norteamericano, es una visión fundada y centrada en la opinión de organismos públicos y privados defensores de derechos humanos en el país.

Mal hace el gobierno en ponerse a pelearse con los Estados Unidos, en lugar de ponerse a trabajar para resolver los graves rezagos en materia de derechos humanos tiene México. Ojalá sepamos a apreciar la validez de este documento en lugar de sentirnos ofendidos y nos pongamos a trabajar en favor de la defensa de los derechos humanos en todo el país.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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Jorge Manuel Aguirre
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Jorge Manuel Aguirre, Opinión, Columnista BI

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