Criminalización de defensores de la tierra, el territorio y el medio ambiente
Haciendo investigación con activistas, he encontrado —al igual que otras y otros investigadores— que hay dos grandes razones por las cuales una persona se vuelve activista e invierte parte de su tiempo y sus recursos en la defensa de una causa. Estas dos razones son ser víctima de una injusticia o ser testigos de ella. Hay personas que viven directamente las injusticias, por ejemplo, cuando son discriminadas por razones de género, cuando les desaparecen un hijo o una hija y se topan con la incompetencia de las instituciones públicas y la indiferencia de la comunidad, cuando son estigmatizadas por alguna característica física, cuando las ciudades y los espacios no son adecuados para alguien que vive con discapacidad. También hay personas que no sufren de manera directa estas injusticias, pero las ven y, lejos de ser indiferentes, se conmueven, empatizan y empiezan a participar para transformar la realidad. Aquí entran quienes acompañan familias de desaparecidos, dan soporte a mujeres víctimas de violencia, facilitan el acceso a servicios de salud a personas de la diversidad sexual, rescatan animalitos y un largo etcétera. Cualquiera que sea la vía de llegada, se trata de personas que ven una problemática y buscan intervenir para resolverla.
La cara más evidente del activismo, aunque no es la única, es la protesta. Obviamente, la protesta incomoda a los gobiernos, porque se evidencia que algo no están haciendo bien. Sin embargo, lejos de dialogar, en muchos casos se tiende a criminalizar a quienes se manifiestan. En el informe “México, tierra y, ¿libertad?”, Amnistía Internacional se enfoca en la criminalización de la defensa del territorio y el medio ambiente. La organización señala que, en México, esta criminalización de la protesta busca desincentivar y desarticular la defensa de los derechos a la tierra, el territorio y el medio ambiente, de modo que: “Las personas defensoras de tierra, territorio y medio ambiente ejercen su labor en un contexto hostil, que incluye de manera constante la estigmatización, hostigamiento, ataques, atentados, desplazamiento forzado, desapariciones y asesinatos”.
Amnistía Internacional documenta en ese informe cuatro casos recientes en los que se utilizó el sistema penal mexicano en contra de quienes defienden la tierra, el territorio y el medio ambiente. Se trata de un caso en la Colonia Maya en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde se protestaba en contra de la construcción de un fraccionamiento residencial en una zona protegida, que implicaba daños al medio ambiente; también otro caso en Zacatepec, donde unos comunicadores y defensores nahuas se manifestaban contra la construcción de un drenaje en Huejotzingo, Puebla, que desembocaría en un río y lo contaminaría; un caso más de criminalización de dos defensores tseltales que se oponían a la construcción de un cuartel de la Guardia Nacional en su territorio; así como otro caso de unos habitantes del pueblo maya de Sitilpech, que se oponen a una mega granja de cerdos en su territorio, que ha contaminado el agua y ocasionado problemas de salud. Como señala Amnistía Internacional, el Estado mexicano ha iniciado procesos penales contra estas personas defensoras de derechos, que protestaban pacíficamente.
Las constantes en estos casos son el uso del sistema penal en contra de la protesta social, la falta de pruebas en juicios que se sostienen solamente en declaraciones de funcionarios públicos o de trabajadores de empresas, las denuncias en contra de los líderes o las personas más visibles de los movimientos, los procesos largos y/o con amenazas constantes de privación de la libertad, la aplicación de medidas cautelares como la prisión preventiva, la estigmatización, la represión de la protesta y la participación de militares en la vigilancia y el asedio a los grupos que protestan, las acciones judiciales abusivas en contra de la participación pública, así como la falta de investigaciones sobre el uso irregular del sistema penal y otras violaciones a los derechos humanos.
Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión