Cultura política: entre los ideales y las experiencias
Este año hablaremos hasta el cansancio de las elecciones. Lo estamos haciendo ya. Lo hacemos desde que empezaron a moverse las posibles candidaturas, bastante antes de los tiempos marcados por el Instituto Nacional Electoral para las precampañas y las campañas. En esta participación quiero enfocarme en la ciudadanía y la cultura política, a partir de los datos disponibles.
En 2020, el INEGI y el INE realizaron la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI). Si bien muchas cosas han cambiado desde entonces, no se ha actualizado la encuesta. Muy probablemente algunas percepciones se hayan modificado, pero las tendencias generales se pueden mantener.
Uno de los aspectos clave de una democracia es la información sobre los asuntos públicos. El 55.8% de las personas encuestadas manifestó estar muy interesada o preocupada por los asuntos del país. La mayoría de estas personas se informan al respecto por la televisión, las redes sociales, internet y la radio. Los problemas que más les preocupaban en el país eran la corrupción, la pobreza, la inseguridad y el desempleo. Muy probablemente esto se mantenga, pero quizás haya más preocupación por la inseguridad ahora.
En cuanto a la valoración de la democracia, el 65.2% de las personas consideraron que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno. Sin embargo, el 16.4% señaló que un gobierno no democrático puede ser mejor; mientras que el 14.7%, que da lo mismo un régimen democrático que uno no democrático.
Latinobarómetro, que sí tiene datos comparables entre 2020 y 2023, muestra un cambio importante en esto. En México, el porcentaje de personas que consideran que la democracia es preferible a cualquier otra forma bajó de 43% en 2020 a 35% en 2023; a la vez que el bloque de personas que consideran que un gobierno autoritario puede ser preferible pasó de 22% a 33%. Sólo para aclarar, los porcentajes no son idénticos en lo que muestra la ENCUCI y Latinobarómetro, pero es que las encuestas son diferentes también. De cualquier modo, un viraje hacia la aprobación del autoritarismo es preocupante, sobre todo porque hay una tendencia. Latinobarómetro muestra que el apoyo a la democracia creció en Panamá, Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Honduras; se mantuvo igual en El Salvador; pero disminuyó en República Dominicana, Chile, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Guatemala, México, Costa Rica y Venezuela. No es un dato menor.
Regresando a los resultados de la ENCUCI 2020, un asunto central es qué tan satisfecha está la ciudadanía con la democracia. La mayor parte de las personas encuestadas se sitúan en algo satisfecha y poco satisfecha, mientras que las opciones nada satisfecha y muy satisfecha alcanzaron porcentajes menores.
La mayor parte de las personas considera que es muy frecuente la compra de votos, que los gobiernos usan recursos públicos para favorecer a sus partidos políticos, o que los ricos compran las elecciones. Hay un contraste entre el ideal de la democracia y lo que vivimos como ciudadanía. Lo más fácil es mantener el estado de desencanto frente a la política y lo político. Pero es justamente en momentos oscuros cuando se vuelve más necesario defender la democracia.
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