Derechos humanos y conmemoraciones

Diciembre, además de ser un mes de cierre de año que se presta para la reflexión, concentra varias conmemoraciones importantes en torno a los derechos humanos.

Todo comienza el 25 de noviembre, con el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres; el 1 de diciembre es el Día Mundial de la Acción contra el Sida; dos días después, el 3 de diciembre es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad; recién pasamos el 10 de diciembre, que es el Día de los Derechos Humanos; para llegar, el 18 de diciembre al Día Internacional del Migrante.

Las conmemoraciones sirven para recordar acontecimientos, como un aniversario de alguien o de algo. Los días internacionales son conmemoraciones que se establecen en torno a fechas clave, para sensibilizar y llamar a la acción sobre determinadas problemáticas. Algunas fueron establecidas en el aniversario de algún acontecimiento, como el 25N, que la ONU estableció en memoria de las hermanas Mirabal, quienes fueron asesinadas en República Dominicana el 25 de noviembre de 1960, por ser mujeres y por ser activistas. O el Día de los Derechos Humanos recuerda que el 10 de diciembre de 1948 se adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Otras fechas tienen que ver con acuerdos y posibilidades para visibilizar alguna problemática.

Hay un asunto transversal en muchas de estas conmemoraciones: las desigualdades. Como dije antes, los días internacionales de esta temporada buscan llamar a la acción en torno a problemáticas que son consideradas graves para la humanidad, tales como la violencia contra las mujeres, las violaciones a los derechos humanos y las dificultades que enfrentan personas migrantes y personas con discapacidad.

Recién en estos días, la ONU lanzó el informe del Día Mundial del Sida 2022, titulado Desigualdades Peligrosas, donde señalan que la pandemia de la COVID-19 y la guerra en Ucrania aumentaron la desigualdad en el mundo y eso está ligado a la falta de acceso a tratamientos. Estas desigualdades se agudizan en torno al género, las mujeres jóvenes y las niñas suelen ser más afectadas, también la comunidad LGBTI+ en los países donde la homosexualidad es delito (ONUSIDAa, 2022). En palabras de Winnie Byanyima, la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, “el mundo nunca podrá vencer al Sida si seguimos reforzando el patriarcado” (ONUSIDA, 2022b).

La pandemia también precarizó las, ya de por sí, complicadas condiciones de las personas con discapacidad. De acuerdo con Achim Steiner, el administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la peor parte la llevan quienes, además de vivir con una discapacidad, son migrantes, refugiados o mujeres (UNDP, 2022). La desigualdad también puede leerse en los flujos migratorios. La mayor parte de los migrantes internacionales en el mundo se concentran en Estados Unidos, Europa y los países árabes (IOM, 2022) y van en busca de mejores condiciones de vida, o bien de asilo ante la necesidad de escapar de la guerra, la violencia y las catástrofes ambientales en sus países de origen.

Contar con marcos legales es fundamental para hacer exigibles y justiciables los derechos; y contar con días internacionales permite visibilizar las problemáticas. Sin embargo, eso no es suficiente para transformar la realidad. Claramente, algunas acciones han funcionado y otras no, pero en el mundo el balance es negativo. Es necesario un compromiso permanente y transversal para que la reducción de las desigualdades deje de ser un discurso, para ser una realidad.

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