Día para la Prevención del Suicidio
Ayer se conmemoró, celebró, se recordó el Día para la Prevención del Suicidio, a propósito de esto, me acordé de que la creación del entonces centro neuropsiaquiátrico, se limite. No sé si en Francia, el doctor Gustavo Mojica, pero sé que fue uno de los más entregados y convencidos de la necesidad de contar en un lugar para la atención, tratamiento y eventual internación de pacientes que requieran atención en ese campo de la salud.
El trato para estos enfermos históricamente ha sido terrible, todavía en Aguascalientes hace 50 años era de una terrible discriminación y de un maltrato inhumano.
Recuerdo que en el antiguo Hospital Hidalgo, cerca del corral, al fondo, estaba el descanso, lugar para los cadáveres mientras eran identificados, recogidos o finalmente sepultados, envueltos en una sábana por la funeraria Juárez que hacía esa piadosa tarea sin remuneración alguna. Cerca de ahí se encontraban las bartolinas, en donde encerraban a los locos furiosos, así les decían desde Roma, supongo que la sección original era “fuera de sí-furioso”, es decir, sin control de sí mismos, no necesariamente agresivos. Como quiera su apariencia y su condición no dejaban de ser impresionantes, rapados para no aposentar piojos, no escapaban de otros insectos, en medio de la suciedad, por las obras de las tortillas aguadas, frijoles caseros y atole y las larvas acumuladas. Muchos olvidados por sus familiares y otros con explicarles distancia por la carencia de medios para atenderlos.
El centro de neuropsiquiátrico fue un gran avance, con atención especializada, accesibilidad a medicamentos controlados y la posibilidad de internación en periodo difícil del paciente.
Claro, las burocracias, el sindicato determinaron que los descansos para almorzar del personal de custodia y de atención tendrían que ser a la misma hora, aun así en un día, mientras los vigilantes de enfermeros disfrutaban de su derecho al almuerzo, un grupo de enfermos prendió fuego a una paciente catatónica, que por su estado no profirió ni un grito ni una queja y ardió como un bolso, cuando el personal se dio cuenta era demasiado tarde. No sobrevivió a las quemaduras,
El gobierno, los gobiernos los sancionaron y pusieron remedio, prefirieron cerrar el centro y dejarlo exclusivamente como hospitalario, en casos clínicos que lo ameritaban nada más, dejando el cuidado y atención diaria de pacientes que no pueden valerse por sí mismos a su familia sin medios y sin prepararlo.
Aguascalientes presenta niveles de enfermedades como la depresión, el trastorno límite de personalidad, el trastorno de densidad generalizada, superiores a la media, sigue siendo una tarea pendiente, ni los esfuerzos, pocos, del estado, pocos del municipio, nulos de la federación y generosos del doctor Simi, serán suficientes a corto y mediano plazo urge la atención.
Es todo por hoy. Hasta una próxima, si la hay.
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