Diálogo político
Lejos de las ideas de los políticos triunfalistas debemos de reconocer que la Internet es una opción viable, adecuada, segura para llevar a cabo el diálogo político, donde la acción comunicativa que nos enseñó Habermas cobra, no solamente relevancia, sino en algunos casos, se materializa donde el consenso forma parte de forma y de fondo.
Mostrar capacidades de diálogo es el eje fundamental de la política, sin diálogo no hay política. La política es dialógica y por lo tanto, de acción comunicativa. Puede suceder en algunos sitios electrónicos, algunos nichos donde la interacción es un elemento vital que se desarrolla de una manera, digamos distinta a los medios habituales.
Es en este entorno donde la red lleva a cabo un intercambio entre las condiciones necesarias para desarrollar ese diálogo y el ánimo que debemos tener los interlocutores para participar en este diálogo.
Los políticos tienen que aprender a hablar y a dirigirse a públicos diferenciados, aquellos que escriben de una manera con modos con analogías, con metáforas o aquellos cuyas abreviaturas son códigos que ellos mismos entienden de una manera adecuada.
El mundo de la vida, que nos enseñó Habermas, no contempló la Internet pero sucedió lo mismo con Carlos Marx cuando escribió el capital, si hubiese pensado que iba a haber ordenadores, hubiese sido no solamente uno de los integrantes de los filósofos de la sospecha más importantes de este siglo, sino que se hubiese convertido en el eje fundamental del crecimiento y desarrollo de los pueblos, pero de quienes leen a Marx no quienes se dicen de izquierda. Nuestro momento histórico nos permite y nos obliga a pensar como una opción, no solamente que sea de utilidad, que sea válida y relevante en el desarrollo de la política como el sístole y el diástole de una sociedad tanto en lo económico, como en lo social, como en lo que lo cultural, el diálogo es una herramienta que está presente en la vida compartida, en la cotidianidad y hace posible los entendimientos y los consensos.
Las últimas generaciones políticas se han dado a partir de aquel viejo dicho de López Portillo “políticos chicharroneros”, donde solamente sus chicharrones truenan la Internet nos obliga a renovar el lenguaje que está integrado por palabras que integran lo que queremos comunicar y cuando compartimos significados, esos integrantes del diálogo, esos interlocutores válidos de la sociedad comunicativa hace posible los entendimientos. Ojalá lo veamos en estas próximas campañas electorales que nominarán a más de 20,400 cargos de elección popular.
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