Dr. Alfonso Pérez Romo
Ayer murió el Dr. Alfonso Pérez Romo, la reacción de mucha gente fue de dolor y de incredulidad, todos, sin excepción, coincidieron que perdimos un hombre de singular presencia en nuestras vidas.
Yo me quedo con la imagen de quien fue universitario hasta el último momento.
El Dr. pese a estar jubilado desde hace varios años, solía tener en la universidad un cubículo para trabajar, desde el que promovía el conocimiento de las humanidades dentro y fuera de la institución.
No tengo la menor duda que, fue un universitario en todos los sentidos, porque vestía con sencillez, elegancia, hablaba con gentileza y en sus expresiones había sistemáticamente un lugar para los mejores pensadores de todos los tiempos.
Criticaba con frecuencia lo que no le gustaba, ponía soluciones constantemente, y hacía todo esto sin ofender, sin atacar a nadie y mucho menos sin humillar. Fue siempre un crítico decente, y nunca se alejó del sentido del humor y proyecto luz, como el lema universitario.
Como ha dicho Eudoro Fonseca; Don Alfonso fue siempre, casa de cortesía y respeto, por todo esto tengo la certeza que hemos perdido un hombre hecho de viento y de nubes.
Su familia y la universidad se han quedado huérfanas de esta presencia notable, y sin duda alguna la sociedad con la que vivió por muchos años.
Lo hemos perdido en un momento en que extraviamos la brújula para mantener en pie nuestra condición humana, se ha ido en un momento en el que más lo necesitamos. Ahora tendremos que aprender a vivir sin él, recordarlo con insistencia y divulgar sus virtudes con obsesión entre la comunidad universitaria.
Desde ayer, la tristeza no es solo de su familia, es de todos.
Don Alfonso, donde sea que ahora se encuentre, déjeme hablarle con el alma, para despedirme y seguir adelante con su amistad, queriendo que mi vida, al igual que la de usted, no sepa nunca donde acaba el tiempo.
Se Lumen Proferre.
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