EDOMEX y Coahuila: Más que dos gubernaturas

Mañana 4 de junio se llevarán a cabo las elecciones en el Estado de México y Coahuila para elegir a los próximos gobernadores de estas entidades, pero ¿qué está en juego?

No solo quien ganaría entre Delfina Gómez, de Morena, y Alejandra del Moral, de la coalición PRI, PAN y PRD en EDOMEX y Armando Guadiana, de MORENA versus Manolo Jiménez, de la coalición en el estado norteño, si bien son cargos de primer nivel, lo que se juega es más y con mayores implicaciones.

Por ejemplo, para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) es de tal importancia, que no podríamos dimensionar lo que es ese partido sin uno de sus bastiones que ha mantenido por más de 90 años y cuna de políticos y presidentes de la República, de dicho partido, como lo es el Edomex, pero además por ser la entidad más poblada, y con mayores presupuestos y manejo de recursos, podríamos decir que si la alianza (PAN-PRI-PRD-PANAL) gana, sería una vitamina de optimismo para seguir unidos y con la posibilidad de ser competitivos rumbo al 2024; pero si Morena y aliados son los ganadores, lo que surgirá es un relato de victoria y consolidación del proyecto de Andrés Manuel y desmoralizante para la oposición.

Un día antes de la elección, las encuestas colocan a la candidata de Morena, Delfina Gómez, arriba de la Alejandra del Moral. Pero la complejidad política del territorio, la composición de las elites y los intereses hacen que pueda ocurrir cualquier escenario electoral.

En el caso de Coahuila es peculiar porque, en este estado, es ejemplo de los pleitos internos en Morena, lo que generó un rompimiento llamativo en el liderazgo de Ricardo Mejía postulado por el PT; por el otro lado, el candidato de la alianza PRI-PAN-PRD llaga en un proceso de unidad, con el discurso de un cambio generacional, lo que las encuestas lo ponen -al día de hoy-, arriba del morenista. Pero esta elección tiene un simbolismo especial para MORENA, ya que salir avante sería un mensaje de que aun con divisiones internas pueden imponerse con la pura marca.

 En síntesis, pareciera que la oposición apostó su resto en estas dos elecciones, si ganara ambas sería un energético rumbo a la madre de todas las batallas electorales el próximo año; si gana solo una, no sería un mal resultado pues los mantendría  con esperanzas de ser competitivos; pero si perdiera las dos, prácticamente quedarían desmoralizados y derrotados, en cambio, para MORENA no tienen nada que perder, pues los dos estados no los gobierna y de lo ganado lo encontrado.

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