El "Control de Daños" de AMLO

El presidente de la República ya nos tiene acostumbrados a sus retenes, especialmente cuando se propaga alguna noticia que le afecte o le afecte a sus allegados o a sus intereses, de repente surge la contestación que tiende a contrarrestar lo que le está dañando.

En el medio de la comunicación se le suele llamar control de daños, que puede consistir en matizar la información, por ejemplo, el clásico; “Yo tengo otros datos”, o utilizar la fórmula vulnerar, que consiste en regresar la acusación modificada para desviar el efecto, desde luego el ejemplo perfecto es; “Sí, pero PRI robaba más”, o bien, “Sí, pero que tal los bienes de Loret de Mola”. Otro expediente usado es minimizar y disminuir el posible efecto negativo; “Sí, pero solo fueron 100 millones de pesos”, o también el clásico; “Vamos bien, se ha disminuido la violencia”, tomando datos entresacados que, como todo el mundo sabemos, pueden manipularse de diferentes modos. Una práctica constante del presidente es lanzar la acusación sin ninguna prueba, apoyándose en el dicho clásico “Calumnia, que de la calumnia algo queda”.

Seguramente, el primero, y probablemente el más significativo, fue el dicho de que el Aeropuerto de Texcoco era un cochinero, sin que hasta la fecha, más de cuatro años después, se haya acusado formalmente o procesado el daño. Los únicos que han sido señalados como beneficiarios, no de la construcción, sino de la cancelación, son los hijos del presidente y los cuates de sus hijos.

Se atribuye al político inglés Benjamín Disraeli, la frase “Hay mentiras, mentirosas y estadísticas”, y es también conocido el meme que señala que “Sí un día mi vecino no tuvo que comer, y yo, en cambio, me comí un pollo, estadísticamente cada uno comió medio pollo”. AMLO es muy hábil para el manejo de un lenguaje tramposo, parte de acejos, parte con cejas, mentiras, verdades a medias, apoyo en datos no comprobados ni comprobables, porque en buena parte las facultades metaconstitucionales del presidente, según las llamaba Jorge Cortizo, las ha aplicado para desvanecer la información, vender cortinas de humo, y cuando otra cosa no se puede, desaparecerla o declararla de Seguridad Nacional.

Ahora, la reciente embestida contra el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información, no es gratuita, el presidente necesita seguir ocultando la información, por lo menos hasta las próximas elecciones federales. Su teatrito se caería si se filtra la información, lanzó la piedra, “el INAI, no sirve para nada”, luego engañaron a los senadores de oposición, en un teatrito vulgar, y aprovecharon para aprobar una veintena de leyes en un día. Por supuesto, los senadores de Morena y sus cómplices, que sí saben leer, no leyeron y aprobaron en día todas las leyes que les mandaron. La cortina de humo fue la vacuna Patria, ya llegaron los bomberos y pues ya se apagó el fuego, una vacuna que llegó extemporáneamente. La tarea ahora es defender el linaje, es un bastión de la democracia. 

Es todo por el momento, hasta una próxima, si la hay.

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Jesús Eduardo Martín Jáuregui
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