El Nuevo nuevo orden mundial

Las alianzas que Trump ha tejido con el primer ministro ruso Vladimir Putin van más allá de solamente el conflicto en Ucrania. En la guerra entre Ucrania y Rusia, Estados Unidos ha apoyado a Putin, se ha entrometido como juez y parte, y ha impulsado una propuesta de paz que se alinea con los intereses rusos.

No sólo eso, Trump ha estado atacando verbalmente a la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Recordemos que la OTAN tuvo a Estados Unidos como miembro fundador luego de la Segunda Guerra Mundial, con la finalidad de agrupar a los países capitalistas en la guerra fría contra los países socialistas.

Trump ha apoyado a Rusia frente a Ucrania, también ha amenazado con sacar a Estados Unidos de la OTAN, y ha debilitado las instituciones de su propio gobierno. Esto en un contexto en el que pesa sobre él la acusación probada de que, en la campaña contra Hillary Clinton, hackers rusos se infiltraron para golpear la campaña demócrata en favor de Trump.

Ahora, Trump ha disuelto a la junta directiva del Centro Kennedy, un foro artístico plural y público que ha sido un referente del segmento académico y cultural de la sociedad estadounidense. Ahora, Trump se ha nombrado a sí mismo como presidente de la junta. Con esto, el Centro Kennedy se convierte en un aparato de propaganda del movimiento Trumpista, en contra del arte y la cultura.

Desde hace tiempo ha existido la versión, confirmada por ex espías rusos y documentada en notas periodísticas, que afirma que Trump fue reclutado por la KGB en la década de 1980, bajo la promesa de negocios y poder político, a lo que el actual presidente habría accedido, motivado por sus taras intelectuales, su personalidad de bufón, y su narcisismo evidente.

Las implicaciones geopolíticas que tiene esto son suficientes para reorganizar el balance de poder global. Sin dar crédito inmediato a las versiones del reclutamiento por la KGB, revisar los hechos de la relación entre Trump y Rusia deberían encender las alertas para anticipar que el mundo podría ser gobernado por una nueva élite oligárquica transnacional, en detrimento de los Derechos Humanos, la diversidad, la pluralidad, y la construcción de una ciudadanía crítica y democrática.

 

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.