En México no pasa nada, hasta que pasa

Se atribuye a Cantinflas la frase: “En México no pasa nada, hasta que pasa; y cuando pasa, no pasa nada”. El control enérgico que tiene el gobierno federal sobre los medios de comunicación y el manejo de la propaganda y publicidad, así como la influencia sobre la agenda diaria de los medios tradicionales y el bombardeo masivo de mensajes en las llamadas redes sociales, pueden atemperar el impacto de las noticias, con lo que se suele llamar control de daños, que es responder a las noticias que afectan la imagen del gobierno o de los gobernantes, con otras noticias a las que se les da preeminencia y que momentáneamente ocupan la atención de la ciudadanía disminuyendo el efecto de noticias más negativas.

Luego de la bochornosa votación en el Senado de la República de un adendum a un artículo transitorio de la Constitución, que tiene más de dos años pendiente de revisión por la Suprema Corte de Justicia por contrariar directamente normas, principios y convenios internacionales, respecto de la labor de las fuerzas militares en funciones policíacas, votación en la que por mayoría absoluta el Senado aceptó la permanencia de los milicos en sus cuatro presentaciones: ejército, fuerza aérea, marina y guardia nacional, empezaron a notarse las quejas contra la acción y contra la inacción de las fuerzas armadas. No obstante la criminal política del gobierno federal de reducir en números generales el 40% de apoyo a las policías estatales y municipales y el incremento casi en siete veces del presupuesto de las fuerzas militares en los años de la 4T, las policías siguen deteniendo, decomisando y previniendo muchos más actos delictuosos que los milicos, con los datos del propio Secretariado Nacional.

Dieciséis años en las calles sin que se haya disminuido la violencia, la inseguridad y la delincuencia. Cualquiera pensaría que para prueba ya fue suficiente. Ya eramos muchos y parió la abuela, ya se sabe que dice el refrán que primero cae un López Obrador que un cojo, y tómala, que émulos de Julián Assange el filtrador de noticias favorito de AMLO, han puesto al descubierto los negocios sucios, el espionaje, la connivencia y el tráfico de influencias y de quien sabe que más del ejército, pero en un país en que es más relevante la ausencia de un abrazo a una funcionaria corrida, que una veintena de muertos, se entiende que no pase nada, con lo que en otros países se hubiera derrumbado el gobierno.

Es todo por hoy, hasta una próxima, si la hay.

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