Estado Mayor Presidencial

Así como la venta del avión presidencial fue una de las principales promesas del entonces candidato por tercera vez a la presidencia, también lo fue la desaparición del Estado Mayor Presidencial; propuestas que formaban parte del discurso de austeridad que pretendía dar sustento al plan de la supuesta transformación.

La primera de estas como bien sabemos, al menos hasta el día de hoy no ha sucedido, sin embargo, la desaparición del Estado Mayor Presidencial fue una de las primeras acciones de gobierno que se pusieron en marcha a partir de aquel primero de diciembre de dos mil dieciocho. Que en la práctica el supuesto ahorro que esto representaría no fue más que una gran mentira, ya que los elementos fueron absorbidos principalmente por la SEDENA.

Antes de continuar considero que vale la pena recordar lo que fue el Estado Mayor Presidencial. Se trataba de una unidad administrativa de la Presidencia de la República que estaba adscrita directamente al presidente de México. Y aunque su principal tarea era por supuesto la seguridad del primer mandatario, el Estado Mayor también contaba entre sus funciones el protocolo, la logística, la organización de eventos de presidencia, etc.

Ahora bien, esta semana tuvieron lugar dos eventos cívicos conmemorativos de dos episodios históricos de gran relevancia: la conmemoración de la promulgación de la Constitución de 1917 y el 110 aniversario de la Marcha de la Lealtad. Eventos que en la práctica marcaron agenda de la opinión pública con temas como la separación de poderes y el sistema de pesos y contrapesos, propios de una república como la nuestra.

Y es que en ambos eventos fue evidente el afán del actual gobierno del darle protagonismo a los secretarios de la Defensa y de la Marina, dejando en segundo lugar a los representantes de los poderes Legislativo y Judicial respectivamente.

Cierto es que para nadie debería parecer extraño dicho protagonismo, ya que ha sido el propio presidente López Obrador quien le ha otorgado facultades, recursos y un increíble poder a las Fuerzas Armadas desde el primer día de su gobierno. Situación que expertos en la materia han señalado como poco prudente y hasta peligrosa.

Regresando a la teoría de la separación de poderes y el sistema republicano de pesos y contrapesos, no pude dejar de pensar en una de las funciones más importantes que tenía el Estado Mayor Presidencial, que no era evidente pero que sin temor a equivocarme era igual de importante para la gobernabilidad y el estado de derecho.

Esta tarea no era otra cosa que servir como un contrapeso a las propias Fuerzas Armadas. Pues dentro de la función de cuidar al presidente, también cuidaban la presidencia y por ende el orden constitucional. Quizás a simple vista no los podamos dimensionar, pero el Ejército y la Marina tienen más poder que nunca y el hecho de que no exista un contrapoder que los mantenga a raya, es algo que podría un precio demasiado alto a pagar.

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