¿Estilo Ghibli?

Hace poco más de una semana, la generación de imágenes con un presunto estilo Ghibli mediante inteligencia artificial capturó la atención global. Studio Ghibli es una compañía japonesa de animación, que fundaron Hayao Miyazaki, Isao Takahata y Toshio Suzuki en 1985. A ellos debemos bellezas cinematográficas como Mi vecino Totoro, La princesa Mononoke, La tumba de las luciérnagas, El viaje de Chihiro, El increíble castillo vagabundo, hasta la más reciente, El niño y la garza, que fue presentada en 2023 y ganó varios premios el año pasado. 

Cuando tantas personas convirtieron sus fotos a estilo Ghibli mediante ChatGPT y cada vez más gente se subía a la tendencia, surgieron tres discusiones principales: una en torno a la postura del propio Miyazaki frente la inteligencia artificial, otra acerca de los derechos de autor y otra en torno al impacto ambiental. Después emergió una más sobre la gestión de los datos personales.

Comencemos por el estilo Ghibli y la postura de Hayao Miyazaki. Muchas personas y medios recuperaron una declaración que el director hizo en 2016, ante una presentación de un grupo de diseñadores. En el vídeo se observa que muestran una figura generada con inteligencia artificial, que se arrastra y hace movimientos extraños. Hablan de que podría aplicarse en videojuegos de zombis. Miyazaki señala que, como amigo de una persona con discapacidad, no encuentra interesante esa imagen, que quien la haya creado no tiene idea de lo que es el dolor. Ahí es donde señala que “es un insulto a la vida misma”. Esto es importante, porque no habla de la inteligencia artificial de un modo general, sino de eso que está viendo y que le parece repugnante. Por el tipo de trabajo que hacen Miyazaki y todo el equipo en Ghibli, podemos inferir que también desaprueba el uso de la inteligencia artificial, pero no sabemos y no deberíamos atribuirle declaraciones fuera de contexto.

Esta discusión se ligó con otra en torno a los derechos de autor. ChatGPT y otras inteligencias artificiales generativas funcionan a partir del análisis de cantidades masivas de datos en internet y el aprendizaje automático de sus lógicas, para reproducirlas y generar algo nuevo. La conversión de estas fotos al estilo Ghibli atraviesa por el uso no autorizado de las imágenes de Ghibli. Podemos decir que los esquemas de derechos de autor están quedando obsoletos en la era digital y, especialmente, en tiempos de inteligencia artificial, pero, con el esquema que sea, mientras más usuarios hay, ChatGPT de Open AI gana más dinero y ese dinero no va a los creadores originales de los contenidos que empleó su inteligencia artificial para generar nuevos. No es asunto menor ni legal ni éticamente.

Otra discusión que acaparó la atención fue en torno al impacto ambiental y, más específicamente, al consumo de agua. Cuando usamos inteligencia artificial generativa sólo vemos la interfaz, pero no vemos las tripas de las infraestructuras. Mantener centros de datos gigantescos emplea mucha energía y eso genera calor y requiere sistemas de enfriamiento. 

Esto no sólo ocurre con la inteligencia artificial, sino con todas nuestras interacciones digitales, como enviar un audio en mensajería instantánea, que ver una serie o escuchar un podcast en streaming, o que seguir esta emisión de noticias. Debemos ser conscientes de nuestra huella ambiental. Sin embargo, las inteligencias artificiales sí consumen más y el hecho de que se disparara la demanda con tanta gente generando imágenes fue problemático incluso para Open AI.

Por otro lado, la discusión sobre la gestión de los datos volvió a plantear un asunto clave: en el afán de contar con su imagen de estilo Ghibli, millones de personas cedieron sus fotografías personales a Chat GPT y con esto también se entrena. Hace falta abrir más la discusión sobre estas implicaciones de seguridad digital, porque esto ya ha pasado antes y parece que no estamos poniendo suficiente atención a ello.

Más allá de todo el asunto de derechos de autor, el impacto ambiental y la gestión de los datos personales, veo esas imágenes y creo que por mucho que las inteligencias artificiales reproduzcan los rasgos visuales, eso no termina de ser estilo Ghibli porque no está la historia ni la atmósfera ni todo lo que logran Miyazaki y sus colegas en las películas. Estas son únicas, destacan por su rareza. Seguir todos las mismas tendencias sólo porque sí no destaca la unicidad, sino la uniformidad. La estética de Studio Ghibli en sentido amplio no es tan reproducible, como tampoco lo es la experiencia humana.

El video “Hayao Miyazaki's thoughts on an artificial intelligence” está disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=ngZ0K3lWKRc

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.

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Dorismilda Flores-Márquez
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