Expropiación petrolera

Hay momentos cruciales en la vida de los pueblos cuya actuación determina el rumbo de su historia.

La lucha por la emancipación en nuestro país, vivió un capítulo memorable hace 85 años, un 18 de marzo, de 1938, el presidente Lázaro Cárdenas del Río, decretó la expropiación petrolera enfrentando con gallardía a los monopolios internacionales que acaparaban, desde el porfiriato, la riqueza nacional; monopolios que despojaron a campesinos de sus tierras y que convirtieron a trabajadores en sujetos de explotación laboral.

Tras el decreto de expropiación, no se hicieron esperar las presiones extranjeras por parte de los grandes consorcios que veían como se esfumaban sus jugosas ganancias, pero dichas presiones fueron enfrentadas, sin temor alguno, por el general Cárdenas mientras las familias mexicanas, de manera solidaria, se despojaban de sus más preciados bienes para indemnizar a las compañías petroleras logrando así, su salida del país. El general Cárdenas tuvo el respaldo del pueblo, lo cual nos demuestra que cuando nos unimos y organizamos ninguna mafia, poder o potencia extranjera puede doblegarnos.

Este hecho histórico marcó un precedente que convirtió a nuestro país en un referente de soberanía nacional; desde entonces, la industria petrolera ha contribuido al bienestar de mexicanas y mexicanos, sin embargo pese a la nacionalización, el petróleo no estuvo exento de los embates privatizadores del régimen neoliberal, si algo caracterizó al Movimiento Regeneración Nacional que llevó a la presidencia al Lic. Andrés Manuel López Obrador, fue justamente la defensa de la soberanía energética.

Estábamos conscientes de que la rectoría del estado en el sector energético garantizaría el futuro de las generaciones venideras, conscientes de que era preciso unirnos para salvaguardar nuestra autonomía y lograr que ninguna empresa extranjera fuera propietaria de los recursos mas elementales para el desarrollo Mexico.

Segura estoy de que, este 18 marzo a las cinco de la tarde, el zócalo aglutinará a cientos de miles de personas orgullosas de que el Presidente de México haya nacionalizado el Litio y fortalecido la industria eléctrica, personas que, movidas por el amor a México, nos congregaremos para recordar que los grandes desafíos requieren grandes determinaciones y para demostrar que el presidente de México, en su lucha por transformar el país, no está solo.

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