Inexistencia del Estado en México

En un artículo reciente que publicó José Goldemberg en la revista “Nexos” que titula “Estado Inexistente”, reflexiona sobre que el problema número uno de México es la inexistencia del Estado en algunas zonas del país, además, señala una ola en expansión, bajo la cual las bandas criminales se convierten en el poder real en esas regiones: secuestran, cobran derecho de piso, imparten justicia, ajustan cuentas con sus adversarios, chantajean a la gente, los desaparecen, torturan, y asesinan, se adueñan de nuestras carreteras. Sucede ante nuestros propios ojos, se documenta todos los días en los medios y en las redes y la espiral de violencia señala que la destrucción parece no tener límites.

Apoyo su comentario en un artículo, también publicado en Nexos, por Claudio Lomnitz, donde él señala que no se puede despertar a una sociedad con datos, sólo con datos y con casos perturbadores, porque la somnolencia o la indiferencia social es un efecto precisamente de esos datos y esos detalles. El dolor imaginado a través de la identificación son tales que la gente solo busca olvidarlos.

Me parece que tienen razón ambos autores e incluso señala en su propio artículo Goldemberg, que la gente ya no quiere saber, lo que quiere es vivir. Y uno podría preguntarse, ¿qué es lo que nos está pasando? Efectivamente, hay regiones en el país que están controladas por la delincuencia organizada, lo acabamos de ver en Chiapas, lo hemos oído para Michoacán, para Tamaulipas, para Chihuahua, para Guanajuato; creo que a lo largo y ancho del país ya se reconocen zonas en donde el estado, inexistente, como señala José Goldemberg.

Muchos autores se han preocupado por esa falta de estado, particularmente de Estado de Derecho, en muchas de estas zonas y pareciera ser una especie de renuncia por parte de los poderes públicos para ejercer las facultades constitucionales y legales que tienen, es decir, se alejan de esas zonas permitiendo que estos grupos controlen lo que sucede en las mismas.

Diversos autores también han señalado que eso puede resolverse, pudiésemos desarrollar dentro de nuestra sociedad la idea de una solidaridad mucho más estrecha y mucho más cohesionada que nos permitiera hacer frente a las desigualdades que se ocurren o que ocurren en nuestras comunidades.

Estamos en una crisis de la solidaridad, entendemos que hemos normalizado el mal común por encima del bien común y entendemos que preferimos alejarnos y no queremos saber lo que sucede, porque lo que queremos es vivir, como anotan estos autores. Sin embargo, tenemos que seguir luchando por construir lazos sociales, que nos lleven a desear la igualdad para todos y particularmente para aquellos a quienes no conocemos. De ahí están las personas que sufren la violencia en sus propias familias, los secuestros, las muertes; ahí están los migrantes que requieren de nuestra conciencia, de nuestra responsabilidad, de nuestra solidaridad y por supuesto, de nuestra ayuda.

¿Cómo vencer al estado inexistente? Desarrollando sociedades solidarias que se ocupen y preocupen por el acontecer diario del país.

Ojalá los mexicanos sepamos entender que nos hace falta mucha solidaridad con lo que está ocurriendo en el país, para evitar normalizar todo esto que presenta un mal común y tratar, nuevamente, de incrementar nuestros niveles de búsqueda del bien común, utilizando las herramientas que para ello nos proporciona el Estado de Derecho.

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