Inseguridad en su máximo esplendor

México sigue asumido en una ola de violencia que parece no tener fin y no tener freno. Hemos visto en los últimos días, en Toluca un individuo colgado, un individuo balaceado en Bellas Artes, 17 miembros de la Secretaría de Seguridad de Chiapas secuestrados sin que nadie resulte responsable, en Monterrey y en Apodaca, un municipio colindante con la capital de Nuevo León, seis personas ejecutadas o fusiladas. Hemos visto también, como durante media hora se puede disparar a un activista más de 1,000 percusiones para asesinarlo y, ¿cuál es la respuesta del Estado ante esos fenómenos? También vimos recientemente a la alcaldesa de Chilpancingo, desayunando con un campo de la droga de esa zona y la alcaldesa dice “yo no lo conozco, no sé quién era, nada más había cuatro personas en el desayuno”.

En el caso del asesinato del activista en Michoacán, el gobernador lo único que pudo apuntar es que la Iglesia católica protege al narcotráfico. En el caso del gobierno federal, sabemos que el Presidente de la República lo único que hace es acusar a la administración de Calderón, que terminó hace 11 años, y a la administración de Peña Nieto, que terminó hace cinco, de lo que sucede hoy sin asumir ninguna responsabilidad por los actos propios de su administración y por lo que ha acontecido en estos últimos cinco años. Y lo más que puede argumentar el Presidente de la República frente a esos hechos, en el caso del secuestro del personal de seguridad del estado de Chiapas, es que iba a acusar a los criminales con sus papás y sus abuelos, esto refleja el fracaso de una política pública de seguridad, seguramente hincado en un inadecuado diagnóstico, en un inadecuado diseño de políticas públicas, en una peor ejecución de esas políticas públicas y desde luego, en una nula evaluación y asunción de responsabilidades sobre el que le toca a esa administración.

La impunidad campea en México, sabemos que de los delitos que se cometen, aproximadamente se denuncian del orden del 93.5%, y de ese 6% o 6.5% de delitos que son denunciados, solo llegan a ser sentenciados 1.4% de los delitos cometidos, es decir, de cada 100 delitos, solamente un medio llegan a concluir responsabilidad para quienes se ha cometido.

 La política es un  fracaso, a política de seguridad requiere de ser revisada, estamos en el proceso de definición de los candidatos a la Presidencia de la República y esperemos próximamente oír algunas propuestas de los elegidos a encabezar las fórmulas de búsqueda de la Presidencia de la República, unas propuestas sobre esta política de seguridad que le hace a México muchísima falta, nos urge una política clara. Yo siempre he mencionado que hemos abandonado el esfuerzo de crear policías civiles fortalecidas, capacitadas con buenos equipos y hemos tomado el camino de la militarización, pero recordemos que a los militares también los tenemos construyendo ferrocarriles, aeropuertos, jardinerías, vigilando aduanas, etcétera, es imposible que puedan hacer todo además de que no están preparados para hacer las tareas de seguridad pública ciudadana.

Ojalá los mexicanos sepamos darnos cuenta de lo que está sucediendo de este fracaso de esta política pública y sepamos exigir a los futuros candidatos compromisos serios para combatir la impunidad, la violencia y la inseguridad de México.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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Jorge Manuel Aguirre
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