Inteligencia artificial en la industria del entretenimiento
En estos días llegó a su fin la huelga de guionistas en Hollywood. Tanto esta como la huelga de actores han puesto sobre la mesa algunas preocupaciones en torno a la inteligencia artificial. En mayo se fue a huelga el WGA – Sindicato de Guionistas de América, y en julio se sumó el SAG-AFTRA – Sindicato de Actores de Cine y la Federación Americana de Artistas de la Radio y la Televisión. En ambos casos buscan mejores salarios y protección frente a la inteligencia artificial.
En el caso de las y los guionistas, una de las principales preocupaciones era que pudiera entrenarse a una inteligencia artificial para que “escribiera” como ellas o ellos y se eliminaran sus puestos de trabajo.
Esta semana el sindicato publicó un acuerdo tentativo que aborda salarios, prestaciones y compensaciones, sobre todo en elementos que tienen que ver con los contenidos que circulan en plataformas de streaming, así como algunas regulaciones sobre el uso de inteligencia artificial. Concretamente:
- La inteligencia artificial no puede escribir ni reescribir material literario y el material generado por ella no se considerará material original y, por lo tanto, no puede utilizarse para socavar los derechos de crédito o de separación de un escritor.
- Las y los escritores pueden utilizar inteligencia artificial para la escritura, si la empresa lo consiente y siempre siguiendo las políticas de la empresa, pero esta no puede exigir que se utilice.
- La empresa debe revelar al escritor si cualquier material que se le entregue ha sido generado por o incorpora material generado por inteligencia artificial.
Con esto terminó la huelga de guionistas, tras 148 días; pero la huelga de actores, que comenzó en julio, continúa y se han sumado incluso actores de videojuegos. Las preocupaciones coinciden, tienen que ver con salarios y compensaciones en la era del streaming, así como protección frente al uso de inteligencia artificial, para evitar que las imágenes digitales de actrices y actores o sus voces sean recreadas para generar escenas sin contratarles y sin pagarles.
En ese sentido, la incorporación de la inteligencia artificial en diferentes esferas de la vida social requiere una discusión permanente sobre las implicaciones éticas. Sí debe hacernos la vida más fácil, pero no a costa de precarizar los empleos en el entretenimiento y en ningún otro ramo.
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