Juicios sumarios desde el poder
El presidente de la república utilizó su conferencia de prensa diaria para exhibir un expediente donde se exponen datos personales de una activista que denuncia posibles actos de corrupción gubernamental. Sumado a ello, el presidente emite juicios y consigna posturas públicas sobre hechos privados y sensibles de la activista en cuestión.
No es la primera vez que, en esta administración, el titular del ejecutivo utiliza su poder, su posición, y sus medios para violar las leyes de protección de datos personales en agravio de periodistas y activistas que han sido críticos contra su gobierno. El tema es grave, porque no sólo habla del abuso del poder, sino porque vulnera la privacidad de quienes han exhibido conductas cuestionables ocurridas en la administración federal.
Esta vulneración de los datos personales de manera pública pone a las víctimas en un terreno en el que cualquier persona fanática o mal intencionada puede cometer actos que físicamente pongan en riesgo a las personas involucradas. Que esta vulneración se haga desde el poder más alto de la república, es inadmisible.
El poder ejecutivo federal se adjudica potestades de juez, enjuicia públicamente a quienes él considera adversarios, y pone al alcance público los datos privados para que la fanática feligresía que le apoya ejecute las sentencias. Este modo de juicios sumarios no sólo transgrede la división de poderes y el debido proceso judicial, sino que además atenta contra la propia democracia.
Decía Aristóteles que la ley es la razón desprovista de pasión. Esto implica que un gobierno con arreglo legal e institucional debe conducirse sin las ataduras a las pasiones personales de quien gobierna. Violentar las leyes a causa de las pasiones personales de quien temporalmente ocupa el poder, es un rasgo de autoritarismo inadmisible en la construcción de una ciudadanía crítica y democrática.
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