La disolución del Sodalicio de Vida Cristiana

El papa católico Jorge Mario Bergoglio acaba de disolver a la organización religiosa Sodalicio de Vida Cristiana, una “sociedad de vida apostólica” internacional fundada en Perú, perteneciente y reconocida por la iglesia católica. 

Esta organización fue disuelta por el papa, luego de años de denuncias por abuso sexual, físico, y psicológico; una administración financiera fuera de la ley; el declarado apoyo a movimientos conservadores de la extrema derecha; y luego de tener investigaciones judiciales abiertas sobre la organización y sus líderes.

El Sodalicio de Vida Cristiana fue fundado en Perú en 1971, como una de las varias sociedades católicas creadas como reacción conservadora contra la izquierdista teología de la liberación, que se extendió por Latinoamérica en esa década. La organización llegó a contar con unos 20 mil miembros en América del Sur y Estados Unidos. Incluso, la organización tuvo a un personaje que estuvo a punto de ser beatificado, pero las denuncias de abuso que había en su contra impidieron el proceso canónico.

En 1997, el entonces papa católico Karol Wojtyla le dio reconocimiento a esa organización como sociedad de derecho pontificio; pero en el 2000 salieron a la luz las primeras denuncias de abuso físico, sexual, y psicológico por parte de sus líderes y miembros. Desde entonces, denuncias mediáticas, expedientes abiertos en el Vaticano, y carpetas de investigación judicial contra la organización, aumentaron la presión para que Jorge Mario Bergoglio enviara a dos sacerdotes a indagar el caso.

Así, este 14 de abril de 2025, en la sede del Dicasterio para Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica del Vaticano, se firmó el decreto de supresión como sociedad de vida apostólica laical del Sodalicio de Vida Cristiana, una sociedad ampliamente percibida como ejemplo de abuso, impunidad, y adoctrinamiento político reaccionario. En el comunicado que anuncia la supresión, disponible en la página web del Sodalicio, se lee: “Pedimos perdón también a toda la Iglesia y a la sociedad por el dolor ocasionado”.

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