La ética como instrumento de gestión profesional
El día de hoy quisiera hablar de un requisito que tenemos en nuestro ser profesional, y que es tener cualidades para poder desempeñar una especialidad, pero también, que la sociedad te otorgue una oportunidad para practicarla, con ello, otorgar un bien a la sociedad, regresarle algo de lo que nos ha dado, para lo cual se necesita aplicarse con uno mismo como profesional, para poder regresar esa alteridad, es decir, hacia los demás, a través de la competencia, a través de los servicios que un profesional presta, y esto, tiene un gran sentido cooperativo.
Sin duda, el derecho y la moral son dos elementos que van construyendo un edificio muy importante en el ejercicio profesional, que es la responsabilidad, cuya, digámoslo así, cuya ingeniería civil es la confianza, sin duda, el bien más importante, más trascendental de nuestra sociedad, es la confianza, si se rompe este vínculo entre las personas, entre las instituciones, entre la relación del profesional con la sociedad, todo se va a la borda. Entonces, es claro que profesionalmente conocer cuáles son los objetivos, cuál es el Telos que una profesión tiene, cómo aprende y cómo aplican las técnicas para hacer un bien en el ejercicio de su especialidad, pero también para obtener sus objetivos, no perdamos de vista que nuestra profesión, la que todos ejercemos, por más modesta que sea, es además, una actividad cooperativa, el individuo, cuando cree en la personalización, el llamado individualismo, falsifica las instituciones y falsifican las organizaciones.
Vocación, excelencia, responsabilidad, confianza, son bienes internos que debemos apostar para ser profesionales éticos, y con ello, poder conseguir bienes externos, como un ingreso salarial, como un sueldo.
La filósofa barcelonesa, Adela Cortina, nos dice que, sí se desatienden los bienes internos, sí el profesional se corrompe, y eso es lo que ha pasado en situaciones de crisis en muchas profesiones, con ello quiere decir que se ha centrado en el dinero, en el poder, y han abandonado algo muy importante, que es una sola palabra, la ética, dejar sin carácter un desempeño, la autonomía de la voluntad se descuida, se desatiende, la ética profesional nos reclama tener como meta crear un clima ético con unos valores que todas las personas comprendan dónde se toman las decisiones, es decir, a las instituciones que servimos, aunque sea una institución privada, un ejercicio profesional autónomo en donde el propio profesional sea su propio patrón, pero no debe perder este clima ético, es una responsabilidad social y la ética es un buen instrumento para toda gestión profesional.
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