La importancia de la naturaleza ante la ola de calor

El intenso calor de los últimos días nos ha hecho más sensibles sobre la importancia de la naturaleza y de su conservación. Es un asunto que, de inicio, nos remite al tema del agua (por ejemplo), ante las capacidades de almacenamiento, además de la reciente escalada para saber qué hacemos con la administración de servicio de agua potable en la ciudad capital. Corresponde también a la expansión de urbana, sin orden y a la afectación de lugares con valor patrimonial como el Cerro del Muerto, La Pona y el Bosque de Cobos.

Precisamente, el próximo miércoles 28 de junio, ante la amenaza de una nueva afectación a este último, varias organizaciones civiles y ciudadanos de a pie realizarán una cadena humana y una marcha pacífica por varias calles de la ciudad para demandar la protección de este sitio natural ubicado al sur-oriente de la ciudad. Bosques de Cobos es un territorio vivo de casi 20.000 hectáreas que da cobijo a más de 100 especies nativas de la entidad, me parece lógico que la sociedad organizada se resiste en aceptar la citada aceptación. Esto se debe a la gravedad de una realidad que se lastima y que está en puerta para nuevas transformaciones.

La movilización revela desde ahora una lección de un nuevo civismo y un llamado al gobierno y al capital inmobiliario para que moderen su desempeño, es una batalla ciudadana que convoca la autoridad para que recuerde que la ciudad es un bien público y no solo un territorio para comercializar la tierra. La movilización en puertas recuerda a la sociedad y al gobierno que Aguascalientes debe respetar la naturaleza y atender los preceptos legales del país, así como los tratados internacionales sobre el patrimonio natural.

La defensa del Bosque de Cobos no es una iniciativa de gente exótica, es algo mucho más serio. Se trata de una convocatoria para defender un patrimonio público y la sobrevivencia de nuestra especie, por lo tanto, es una defensa del orden social actual y de las próximas generaciones. El problema de seguir como está, revelará una conclusión básica si la autoridad no entiende la necesidad de proteger el patrimonio natural, simplemente no sabe gobernar.

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