La marcha del berrinche
Todavía continúan los ecos de la marcha del pasado fin de semana, esta marcha organizada por distintas organizaciones de la sociedad civil con el propósito de manifestarle al gobierno del presidente López Obrador que el INE no se debe tocar, que el INE debe permanecer como está estructurado, con sus actuales funciones y presupuesto, con sus actuales funciones para poder fortalecer los vínculos democráticos de la vida en el país.
Estos ecos de la marcha han presentado diversos efectos, podemos ver uno muy claro, en cómo se afectó al presidente de la república, se sintió agraviado por esa marcha, afectado en su iluminismo, en esta sensación de que él tiene la verdad absoluta, de que solamente lo que él nos dice es lo que está ocurriendo en el país y la marcha muestra claramente que hay voces disidentes que pueden, también, tener una opinión sobre lo que está ocurriendo en México.
Cómo reacciona con insultos, con vejaciones, con denotaciones a los participantes en la marcha y se muestra realmente como si fuese un ciudadano pandillero, pendenciero, que solamente busca pleito con el resto de la sociedad, ahondando con ello la división y la polarización del propio México.
¿Qué consecuencias tiene esa afectación en el ego del presidente de la república?
Pues que ahora nos anuncia una marcha, que podemos denominar la marcha del berrinche. Una marcha en la que él va a llamar a los suyos para juntarlos y demostrarle a todo el mundo que tiene más fuerza que los otros que se reunieron.
Claro, desde las estructuras del poder, repartiendo dinero, repartiendo cargos públicos, es mucho más organizar una marcha del berrinche, que organizar una marcha de concentración ciudadana en pro de un principio.
Me parece que ambas marchas, aunque va a ser la tentación de muchos medios compararla en cuanto a volumen de personas o el número de personas que asistan a ella, me parece que no son comparables; una surge desde una iniciativa ciudadana y la otra surgirá desde las propias estructuras del poder, encabezadas por el alto mando del presidente de la república.
Y esas consecuencias de la marcha del berrinche, las vamos a ver también, porque al parecer ya estaban autorizadas otras movilizaciones en la Ciudad de México, en los sitios que esta marcha va a ocupar, y eso, probablemente, pueda generar algunos roces que puedan conducir a actos violentos a las personas que se sientan afectadas en sus propios derechos.
En fin, habrá que estar atentos a la marcha del berrinche para saber qué consecuencias tiene, aunque claro, como decía, Batres, el secretario general de Gobierno de la Ciudad de México, habían marchado 12,000 personas el domingo, pues no hay más ciego que el que no quiere ver, la marcha fue un reflejo importante de movilización ciudadana que debería haber recibido respuestas y argumentos dignos de discusión democrática por parte del presidente de la república y no insultos y actitudes de pandillero.
Pero esta marcha también tiene otros efectos importantísimos, pudiéramos decir que genera una tercera marcha que podríamos denominar la marcha de la unidad, con la marcha del domingo se detonan inmediatamente los movimientos del reinicio de los trabajos de la alianza opositora en México, es decir, del trabajo que se viene realizando dentro de los partidos: Acción Nacional, de la Revolución, desde el PRI y de la Revolución Democrática y esta alianza, parece ser que crea ahora, se renace con nuevos vínculos esperando oponerse a la iniciativa de reforma del INE y también tratando de impulsar las distintas candidaturas.
Tendrán que dirigirse en las elecciones del año que entra, particularmente, la del Estado de México, que resulta muy importante, y que algunas encuestas marcan en favor de esta alianza, si es que se logra consolidar.
Pero la marcha también debe hacernos esta marcha de la unidad, debe hacernos pensar también en que ya tuvimos una traición y esa traición, esa deslealtad, que se produjo estos desajustes en la alianza, puede igualmente presentarse ahora.
El gobierno sin duda alguna hará el trabajo necesario para ir rompiendo los datos de unión de esta, la de esta alianza y la pregunta que todo el mundo se hace es ¿y podemos perdonar y pensar en que una traición puede ser olvidada?
La traición de Alejandro Moreno hacia esta alianza, ha dejado muchas heridas que tendrán que ser resanadas y restañadas en el contexto de la alianza, que se pudiera formar. El PAN y el PRD, sin duda, tendrán que estar pendientes en ver si se puede volver a confiar en que ya te traicionó, es decir, la alianza, pasa también por un proceso de revisión.
Concluyendo, tuvimos entonces una marcha ciudadana en favor del INE, tendremos una marcha del berrinche que tratará de demostrarnos el músculo político de la presidencia de la república, y tendremos el cierre; una marcha de la unidad para fortalecer los datos de unión entre los partidos opositores.
Me parece que los ciudadanos en México tenemos que estar pendientes de estos escenarios, de estas situaciones que se van presentando, para irnos formando un criterio propio que pueda ayudarnos a ir definiendo nuestras propias culturas sobre el futuro democrático de México, que es un futuro que atiende no solamente a la problemática actual, sino sobre todo a las condiciones de desarrollo de nuestros hijos y nuestros nietos.
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