La mezquindad en medio de la devastación que dejó Otis
Qué peligrosa es la desinformación en tiempos de crisis y más peligrosas aún las personas con acceso a un micrófono, a un espacio público o un foro para externar palabras inexactas que generan apatía, desinterés y hasta enojo para con las víctimas y damnificados.
En medio de una crisis por un desastre natural, la información es más valiosa que nunca, la difusión de noticias precisas y oportunas puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, la recuperación y la desesperación; sin embargo, en este mundo interconectado, la desinformación se ha convertido en un obstáculo peligroso que dificulta la capacidad de los damnificados para recibir la ayuda que tanto necesitan.
En los últimos días, hemos sido testigos de uno de los desastres naturales más devastadores que han azotado a comunidades enteras en el hermano estado de Guerrero: el huracán Otis que ha dejado un rastro de destrucción a su paso. Uno de los efectos más perniciosos de la desinformación en un desastre natural es su capacidad para crear pánico y confusión, las noticias falsas se propagan rápidamente a través de las redes sociales y otras plataformas generando miedo y desconfianza, esto no solo complica la labor de los equipos de rescate, sino que también puede llevar a la toma de decisiones impulsivas y arriesgadas por parte de los damnificados.
Lo que ahora hemos visto es que la desinformación ha impactado de forma negativa la solidaridad y la colaboración comunitaria, aspectos esenciales en momentos de crisis, cuando la información errónea se difunde, se crean divisiones y conflictos innecesarios, en lugar de unir fuerzas para superar la adversidad, las comunidades pueden verse atrapadas en discusiones sobre rumores y teorías de conspiración política.
La consecuencia más grave de la desinformación en esta crisis, sin duda ha tenido su peor impacto en la capacidad de los afectados para recibir ayuda; medios de comunicación, políticos, líderes sociales y hasta religiosos señalando que el partido en el poder así como las fuerzas armadas están negando la entrada de víveres y ayuda, la mayoría de ellos sin haber sido testigos de lo que aseguran con sus propias palabras ¿Qué tan mezquino debes ser para pedir que frenen los apoyos cuando la necesidad es tan grande? ¿Qué tan mezquino debes ser como para sentirte ajeno a lo que les ocurre a nuestros hermanos mexicanos? Servicios de emergencia como la Cruz Roja Mexicana han visto un apoyo lento y reservado para conseguir víveres y armar paquetes de apoyo para las familias que viven en medio del caos, no solo la pérdida sino la carencia más extrema de quien empieza de cero recogiendo pedacitos de su propio dolor.
Si de corazón no hay sentido de ayudar, al menos asumamos la responsabilidad de detener la propagación de noticias falsas y promover la información precisa. La verdad es un recurso valioso en tiempos de crisis, y protegerla es fundamental para la supervivencia y la recuperación de quienes enfrentan la devastación de un desastre natural.
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