La tapadera del Ejército

Esta semana, la política nacional nos ha presentado un nuevo papel que sigue el presidente de la República en este teatro que dice gobernar a México, resulta que el presidente se ha convertido en una tapadera.

¿Por qué en una tapadera? Bueno, específicamente me refiero a los problemas que le ha presentado la relación con las fuerzas armadas, básicamente con el Ejército, al presidente de la República. Por un lado, pareciera ser que el residente de la República siempre protege al Ejército, no importa lo que haga el Ejército. Recientemente, hemos conocido los viajes del secretario de la Defensa Nacional y su familia a Nueva York, a Italia, e incluso a Moscú, pagados por el Estado con comitivas de 17 o más personas familiares, en viajes no oficiales, y el presidente no dice nada ni le llama la atención. También hemos sabido de la presencia de los elementos militares en las desapariciones forzadas, y esto fue una denuncia que hizo Alejandro Encinas, y el presidente decidió cancelar las órdenes de aprensión correspondiente. También hemos escuchado como el presidente de la República pretende enviarle a la Guardia Nacional al Ejército, sabiendo que eso es inconstitucional, afortunadamente la Corte ya le puso un alto a esta pretensión del presidente de la República, pero, después, nos hemos enterado de que el Ejército está espiando a defensores de derechos humanos y seguramente a periodistas y el presidente tampoco dice nada y hay que recordar que este espionaje que se dio hace cinco años y fue condenado por él mismo, ahora resulta que pueden ser labores de inteligencia que hace el Ejército con un software ilegal y poco transparente, ya que no nos quieren decir cuánto costó, cuando lo adquirieron y quién lo está utilizando. También hemos sabido que el INAI está investigando en diferentes contratos donde interviene el Ejército en las obras singulares del gobierno, como el Tren Maya, la refinería, etcétera, y vemos que el presidente no solamente pretende ocultar los contratos en los que interviene el Ejército, sino que los han reservado ahora por motivos de seguridad por los próximos cinco años, y claro, también pretende desaparecer al INAI.

Todos estos temas reflejan una actitud de protección al Ejército desmedida, que no tiene controles de ningún tipo, el Ejército, por supuesto, ningún control de tipo civil y que solamente reflejan la opacidad como una política pública para el país y esta opacidad, principalmente se centra en las actividades que realizan las fuerzas castrenses en tareas civiles en México.

La pregunta que todos nos pudiéramos hacer, porque pareciera ser que eso es lo que pretende la gente darnos a conocer, es sí, el Ejército le ve la cara al presidente o el presidente nos quiere ver la cara a los mexicanos.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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Jorge Manuel Aguirre
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Jorge Manuel Aguirre, Opinión, Columnista BI

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