Libertarismo: Una oportunidad para México en 2024

"Bajo el capitalismo, los hombres trabajan por su propio interés. Bajo el socialismo, trabajan por
el interés de los demás." - Ayn Rand

El reciente triunfo de Javier Milei en Argentina, con un 52,5% de los votos, marcó un hito histórico en Latinoamérica: la elección del primer presidente libertario en la región. Esta victoria, que sorprendió a muchos, resuena con un mensaje claro: el deseo de cambio y la demanda de más libertades individuales y económicas.

Viejas y nuevas generaciones en el mundo parecen converger en el atractivo de una ideología que se basa en la libertad individual y aboga por minimizar la intervención del gobierno, aumentando la autonomía personal y la promoción de una economía de libre mercado. Sin duda, esto aterra a aquellos acostumbrados a vivir de becas y subsidios, quienes no creen ser suficientemente valiosos para aportar a su persona y mucho menos conciben aportar a la sociedad. Pero estos son muchos menos que los que creemos que la libertad y el reconocimiento de la capacidad de cada uno de nosotros es el modelo político y económico más viable para México.

Y aunque tal vez me equivoque en que somos más los que anhelamos un gobierno libertario, de lo que sí estoy seguro es que somos muchísimos más los que, independientemente del modelo político-económico que deseemos, estamos agobiados por la improvisación y el deterioro político que ha arrastrado a México a no ser todo aquello que podría ser.

El escenario pinta a que el tercer candidato que contenderá en las elecciones del 2024, Samuel García, podría ofrecer esta nueva dirección, esta propuesta de la que muchos estamos deseosos, enfocándose en la libertad económica y la responsabilidad individual, contrastando con la corriente política de Andrés Manuel López Obrador.

Samuel García podría emerger como un candidato libertario prometedor por varias razones. Primero, su enfoque ya declarado en favor de la libre empresa y el libre mercado. Segundo, sus propuestas y acciones para reducir la burocracia gubernamental y las regulaciones empresariales sugieren una inclinación hacia la minimización del Estado, un pilar del libertarismo. Además, su defensa de los derechos individuales indica un compromiso con la libertad personal. Aunque él se autodenomina un "liberal de centro", sus políticas y su popularidad entre los jóvenes y los votantes urbanos sugieren que podría ser el líder de un movimiento libertario en México, a pesar de las críticas sobre su experiencia y estilo personal.

Si así fuese, si Samuel representara una campaña abiertamente liberal, lograría lo que muchos queremos: que realmente existiera una tercera opción, capaz de diferenciarse de Morena y de la insípida y a su vez amarga alianza PRI-PAN-PRD.

No es fácil declararse y proponer un gobierno abiertamente liberal, pero queramos o no, México no tiene muchas opciones, y lo que decida en el 2024 será determinante. México tendría entonces dos opciones: la primera, la que ya todos conocemos, la vieja política, los mismos de siempre, los que un sexenio se disfrazan de priistas y el siguiente de morenistas, donde la búsqueda del poder por el poder es la constante y los principios de bienestar social quedan relegados al discurso; o una segunda alternativa, donde alguien denuncie de frente el destructivo socialismo promovido por el gobierno actual representado por Andrés Manuel y el prianismo, ese ente imaginario que terminó convirtiéndose en realidad y representa el histórico crecimiento de brechas económicas y políticas.

El modelo liberal, que propone la reducción del tamaño del Estado, la privatización de empresas públicas y la disminución de impuestos, podría ser una alternativa viable para México, especialmente en un contexto donde el descontento con los partidos tradicionales (PRI, PAN y MORENA) es palpable. Concretar un gobierno que fomente la libertad económica y reduzca las regulaciones podría inyectar dinamismo en la economía, promoviendo la innovación y el emprendimiento.

En México, la insatisfacción con la clase política representada por un Morena incapaz de gobernar y una alianza PRI-PAN-PRD abren esta ventana que solo Movimiento Ciudadano podría estar tomando. Sabemos que los principios libertarios van en contra del mismo ADN de MORENA, por lo que tanto Claudia Sheinbaum como toda la gente a su alrededor son abiertamente enemigos del libertarismo y lo que representa.

Y por el otro lado, Xóchitl Gálvez se ha declarado clara y abiertamente marxista-trotskista con todo lo que esto significa, por lo que no cabe en un discurso o en propuestas de libre empresa o libertades económicas. Es así que el escenario político de México se perfila como un campo fértil para un candidato que ofrezca un modelo económico basado en el libertarismo.

La victoria de Milei en Argentina viene a enriquecer este terreno ya fértil, enviando un mensaje claro de que, además de ser conveniente para México, es posible. Este modelo ha demostrado su eficacia en otros países y ahora podría ser el catalizador para un cambio profundo y positivo en México. Como dijo Adam Smith, "El mercado no es un invento de los capitalistas. Fue la creación espontánea de la actividad humana".

Es hora de considerar seriamente el libertarismo como una opción viable para México.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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Francisco Ruiz
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