Lo que hay que ver…
Hace unos días, asistí a una reunión de un organismo empresarial en Aguascalientes y escuché atentamente, y con sorpresa, a nuestro ex gobernador Otto Granados Roldán. Intentó darnos cátedra sobre lo que es un buen y un mal gobierno, como si Morena hubiera llegado al poder por arte de magia.
Granados mencionó datos impactantes sobre la situación de México bajo Morena. Señaló que hasta el 20 de mayo de 2024, se registraron 187,965 homicidios dolosos, colocando a México entre los países con las tasas de homicidios más altas del mundo. Transparencia Internacional clasifica a México en el lugar 126 de 180 en términos de corrupción, y el Índice Global de Crimen Organizado sitúa a México en el primer lugar. Estos son problemas serios, pero debemos recordar que la inseguridad y la corrupción no comenzaron con Morena. Estos son males arraigados que el PRI, PAN y PRD no supieron o no quisieron combatir eficazmente.
El señor Granados también criticó el manejo de la pandemia, señalando que 800,000 personas murieron en México, ubicándolo como el tercer país con mayor exceso de mortalidad en 2020-2021. Además, 51 millones de personas no tienen acceso a servicios de salud, y la tasa de mortalidad infantil es alarmante comparada con otros países. La economía crece a un ritmo promedio anual de 0.8%, muy lejos del 4.5% necesario para un desarrollo sostenible, y el déficit presupuestal proyectado para 2024 es del 5.9% del PIB, el más alto desde 1988. Pemex, una empresa clave, está en quiebra técnica con una deuda de 107,500 millones de dólares.
En términos de educación, 25 millones de mexicanos presentan carencias educativas, y los resultados en matemáticas, lectura y ciencias son desalentadores. En PISA, solo el 34% de los estudiantes mexicanos alcanza el nivel de competencia en matemáticas, comparado con el 69% promedio de la OCDE. Además, 155,000 personas realizan funciones docentes sin tener título profesional, y miles de escuelas carecen de servicios básicos como agua y luz.
Lo que hay que ver… es la hipocresía de pararse frente a una audiencia y culpar exclusivamente a Morena, como si los gobiernos del PRI, PAN y PRD no hubieran sido el caldo de cultivo de los problemas que hoy enfrentamos. Estos partidos dejaron un legado de corrupción, impunidad y malos manejos que pavimentaron el camino para la llegada de Morena. No fue arte de magia. Fue el resultado de años de descontento y hartazgo de una ciudadanía que ya no soportaba más de lo mismo.
El pararse ante hidrocálidos como si estos no tuvieran memoria y decirles que el problema de Andrés Manuel López Obrador, entre otros, es el autoritarismo, es creer que no recordamos que Otto Granados Roldán también fue objeto de críticas durante su tiempo como gobernador de Aguascalientes y como Secretario de Educación Pública. Durante su mandato en Aguascalientes, se le criticó por su gestión autoritaria y por reprimir a la oposición política. En su tiempo como Secretario de Educación Pública, la implementación de la reforma educativa fue polémica, enfrentando resistencias y críticas por su enfoque en la evaluación de docentes y la centralización de la educación.
Si, hoy, la mitad del electorado ya se dio cuenta de que Morena ha sido un desastre peor de lo que imaginábamos, peor que el desastre de los anteriores. Esos, votarán, aunque a su pesar, por esa rancia alianza de PRI, PAN y PRD porque ven en su candidata a alguien más cercana a la sociedad civil que a los partidos. La otra mitad, aún cegada por el discurso populista, apoyará ese proyecto de autoritarismo, rencor y división que representa Morena.
Pero, el lector no puede no hacerse la misma pregunta que yo hoy me hago ¿De que tamaños hay que tenerlos de los tamaños que se deben de tener para pararse ante una audiencia de empresarios y decirles que la culpa de todo la tiene Morena? Como si ex gobernadores priistas, panistas o perredistas no hubieran contribuido a la situación que hoy enfrentamos. Que no se les olvide, que no vayan a creer que la ciudadanía los perdonó, que no vayan a creer que el rechazo del otro es la aceptación a ellos, que no se crean la niña bonita de la escuela.
Hoy los ciudadanos tenemos un nuevo reto después del próximo 2 de junio, construir un país donde no quepa un PRI como el de los tiempos del señor Otto, y donde tampoco quepa un partido que lucra de los que menos tienen como MORENA.
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